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Problemas de salud

Las infecciones del oído hoy, desaparecen mañana

Armados con paños antibacteriales, analgésicos para niños y libros de la A- a la -Z de atención médica, la mayoría de padres están listos para declarar la guerra a los gérmenes que amenazan a sus niños. A pesar de todo esto, tres de cuatro niños tendrán una infección de oído antes de cumplir 3 años de edad.

Aunque las infecciones del oído son una parte muy normal de la infancia, los tratamientos para esa condición están cambiando. En la actualidad, llevar a su niño al médico posiblemente dé como resultado menos medicamentos e incluso menos causa de alarma que nunca antes.

¿Cuándo es una infección?

Una infección típica del oído medio en un niño comienza con una infección viral (como un resfriado común) o crecimiento de bacterias poco saludable. Algunas veces el oído medio se inflama y ocasiona acumulación de fluido detrás del tímpano. En otros casos, los tubos de Eustaquio, los conductos estrechos que conectan el oído medio con la parte posterior de la nariz, se inflaman.

Los niños son más propensos a padecer ambos problemas por varias razones. Los conductos de sus oídos son más estrechos, más cortos y más horizontales que los de los adultos. Debido a que es más fácil que los gérmenes lleguen al oído medio, también es más fácil que el fluido se acumule ahí. Y de la misma manera en que los niños apenas se están desarrollando, también sus sistemas inmunológicos. Una vez la infección se desarrolla, es más difícil para el cuerpo de un niño combatirla que para el de un adulto saludable.

Los síntomas de una infección de oído pueden ser difíciles de detectar. Un niño que constantemente se jala o presiona el oído sencillamente puede estar explorando o demostrando un reflejo de auto confort, aún cuando esto encabeza la lista de señales enumeradas en varios libros y sitios web. Otros síntomas pueden incluir:

  • Llora más de lo habitual, especialmente cuando está acostado
  • Problemas para dormir o de la audición
  • Fiebre o dolor de cabeza
  • Fluido que sale de los oídos

Los médicos utilizan instrumentos especiales para determinar si hay una infección.

“Debe tomar muy en serio un resfriado que despierta a un niño en la noche”, dice el Dr. Robert M. Jacobson, presidente del Departamento de Medicina pediátrica y del adolescente de la Clínica Mayo. Debido a que un resfriado con frecuencia ocasiona cansancio, cualquier interrupción en el sueño puede indicar dolor y congestión. “De hecho, cualquier dolor mientras está acostado es motivo de preocupación, como lo es un resfriado que dura más de 10 días”, dice. Estas son señales de que el resfriado puede haberse extendido a los oídos o senos nasales.

Tratamiento: Menos puede ser más

Talvez las noticias más sorprendentes son que las infecciones comunes del oído rara vez requieren medicamentos o cualquier otra acción, excepto cuando son muy severas o en niños muy pequeños. “Usualmente el sistema inmunológico del cuerpo puede resolverlas”, dice el Dr. Jacobson. “Más y más estudios demuestran que los niños tratados o no tratados están en el mismo lugar después de 10 días. Constantemente nos sorprende cuántas infecciones del oído se resuelven por sí solas”.

Es verdad: Muy pocos médicos confían en los antibióticos, que pueden ayudar solo si la infección no es ocasionada por un virus. Según señala el Dr. Jacobson, es importante comprender que tomar antibióticos puede o no acelerar la recuperación y sobreutilizarlos puede provocar que las bacterias desarrollen resistencia a las medicinas, pues los gérmenes mutan para defenderse de las medicinas. Como resultado, muchos pediatras han adoptado un método de esperar para ver, en lugar de prescribir antibióticos a la primera señal de infección.

Pedir a los padres que observen al niño por 48 a 72 horas se está convirtiendo en el primer paso más común entre los pediatras. Sin embargo, eso no significa que una visita a la clínica no sea una buena idea. Los médicos pueden prescribir gotas para adormecer y sugerir analgésicos de venta libre para tratar los síntomas, lo que puede ayudar a que el niño se sienta mejor mientras se recupera. En casa, los padres pueden colocar un paño tibio sobre el oído que duele.

Al mismo tiempo que evitan las recetas, los pediatras también se están alejando de la miringotomía, un procedimiento en el que un tubo pequeño se inserta en el oído para extraer el fluido. Según el Dr. Jacobson, la colocación del tubo se utiliza mejor con niños que tienen problemas de audición recurrentes ocasionados por muchas infecciones.

“Los tubos en realidad no detienen las infecciones del oído, solo los síntomas y la retención de líquido”, dice el Dr. Jacobson. “No queremos hacerlo con mucha frecuencia pues hay un aumento en el riesgo de dañar el tímpano”.

Según el Dr. Jacobson, el diagnóstico y tratamiento debe ser un proceso de tres pasos:

  • Primero, el pediatra determina si hay o no una infección de oído.
  • Segundo, el pediatra y el padre discuten los factores de riesgo para reducirlos.
  • Finalmente, la observación y el tratamiento de los síntomas garantizan que el niño se recupera sin dolor.

Cómo reducir los riesgos de infección de oído

Aunque los padres no pueden eludir cualquier germen que se dirija a su hijo, pueden tomar pasos para reducir los riesgos para sus niños.

  • Fumar es un enorme factor que contribuye a las enfermedades en la infancia. Las infecciones del oído no son la excepción de esa regla. Fumar es adictivo y difícil de dejar, pero no todos los fumadores se dan cuenta de los efectos dañinos que el humo de segunda mano puede provocar en sus hijos. Dejar de fumar es tan importante para su salud como para la de su hijo.
  • Los malos hábitos de higiene son otro problema importante. Los niños que están en una guardería están más expuestos a bacterias en el ambiente, como lo están quienes toman biberón en contraposición con los que toman de un vasito para sorber, dice el Dr. Jacobson. Eso es porque los biberones tienen una superficie más grande para que vivan los gérmenes. Enseñe a los niños a lavarse las manos con frecuencia para evitar esparcir los gérmenes que provocan enfermedades.
  • Hable con el médico de su hijo sobre las vacunas que protegen contra la neumonía y meningitis. Los estudios demuestran que un niño vacunado tiene menos infecciones del oído.
  • Amamante a su bebé durante el primer año. La leche materna tiene muchas sustancias que protegen a su bebé de una diversidad de enfermedades e infecciones. Debido a estas sustancias protectoras, los niños que se alimentan con leche materna son menos propensos a tener infecciones bacteriales o virales como infecciones del oído
  • Considere vacunarse contra la influenza.Aparte de protegerse contra esta enfermedad anual, puede ayudar a evitar infecciones del oído.
Última actualización
11/21/2015
Fuente
Healthy Children Magazine, Summer 2007
La información contenida en este sitio web no debe usarse como sustituto al consejo y cuidado médico de su pediatra. Puede haber muchas variaciones en el tratamiento que su pediatra podría recomendar basado en hechos y circunstancias individuales.
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