Omitir los comandos de cinta
Saltar al contenido principal
 
Seguridad y Prevención

Médico de salas de emergencia pediátrica ve a niños y adolescentes con enfermedades infecciosas prevenibles por vacunación

Por: Sylvia Owusu-Ansah MD, MPH, FAAP

Todos los días en departamento de emergencia pediátrica trato a niños que llegan con una gran variedad de lesiones y enfermedades. Los casos que a veces son más difíciles de tratar son aquellos que son más prevenibles, como el caso de la niña expulsada del vehículo de su familia durante un choque debido a que no estaba en un asiento de seguridad.

Ver a un niño sufrir nunca es fácil —especialmente cuando es por algo que puede haberse prevenido.

Casos de sarampión y Pertussis (tosferina): todos se pueden prevenir

Recientemente traté a un niño de kínder con sarampión, que es una enfermedad prevenible por vacunación. El niño, que no había sido vacunado debido a las creencias culturas de la familia, había tenido fiebre por cuatro días y estaba cubierto de los pies a la cabeza con un sarpullido doloroso. Se sentía infeliz y se rehusaba a comer o beber nada. Por supuesto, leímos sobre estos síntomas clásicos en la facultad de medicina, así como sobre las posibles complicaciones, tales como: pérdida auditiva, daño cerebral permanente y hasta la muerte. Debido a que hasta hace poco las vacunas habían eliminado casi por completo el sarampión en los Estados Unidos, la mayoría de nosotros —incluyendo a los especialistas en enfermedades infecciosas no habíamos visto en la realidad a un niño con la enfermedad.

Otro paciente que traté tenía Pertussis (también conocida como tosferina), otra enfermedad infecciosa que se puede prevenir con la vacunación. El muchacho adolescente, que también tenía asma, estaba tomando su medicamento y realizando sus tratamientos respiratorios, pero nada funcionaba. Su tos se había convertido en algo muy intenso y que no podía controlar. Literalmente no podía tomarse un respiro y estaba tornándose azul. En medio de su tos caracterizada por chirridos agudos al tratar de pasar el aire, estaba vomitando intensamente.  

Lo mismo que el caso del paciente con sarampión, este era el primer niño que muchos de nosotros habíamos tratado con tosferina —una enfermedad que mataba aproximadamente a 8.000 personas al año en los Estados Unidos antes de que la vacuna fuera desarrollada. Desafortunadamente, hemos visto varios otros casos de tosferina en nuestro departamento desde entonces.

Todos son prevenibles.

Inmunizaciones: El éxito más grande de la medicina moderna

Las vacunas, que previenen enfermedades peligrosas y mortales fortaleciendo los mecanismos naturales de nuestro propio cuerpo para combatir los gérmenes que causan infecciones, es el éxito más grande de la medicina moderna.

Cuando muchos de los abuelos de hoy estaban jóvenes, enfermedades como el sarampión,  tosferina, poliomielitis, Haemophilus Influenzae y rubéola enfermaban y mataban a millones de personas en todo los Estados Unidos. Las vacunas que son seguras y efectivas, y que ahora están disponibles han reducido considerablemente o han eliminado por completo muchas enfermedades infecciosas graves y mortales. Pero las vacunas sólo funcionan si las personas se las aplican.

Como hemos visto en los últimos años, cuando los padres no vacunan a sus hijos, las enfermedades recuperan vigencia en las comunidades y los brotes regresan.

De padre de familia a padre de familia

Como los niños de los padres de familia a quien trato, yo también quiero mantener a mis niños sanos y seguros. Las vacunas son una de las formas más importantes y comprobadas para lograr este objetivo.

Mi niña de 8 años de edad se sintió alarmada muy recientemente cuando a su hermanita menor le estaban aplicando sus vacunas de los 6 meses. Estaba tan preocupada de que las inyecciones pudieran lastimar a su hermana que tuvo que salirse del consultorio. Después, hablamos con ella sobre cómo las vacunas nos mantienen bien y le leí una historia sobre Louis Pasteur, cuyo trabajo preparó el camino para el desarrollo de las vacunas.

Ahora entiende que el momento del pinchazo e incomodidad, aliviado por supuesto con un abrazo tranquilizador, puede conducir a una vida larga de mucho bienestar.  

Información adicional:

Sobre la Dra. Owuso-Ansah:

https://healthychildren.org/SiteCollectionImagesArticleImages/OwusuAnsah_Sylivia.jpgSylvia Owuso-Ansah MD, MPH, FAAP es una médica pediatra de medicina de emergencia y en la actualidad es miembro de los Servicios Médicos de Emergencia de la Facultad de Medicina de John Hopkins. Estudió medicina en la Facultad de Medicina de la Universidad de Chicago, hizo su residencia pediátrica en el Centro Nacional de Medicina Infantil en Washington DC y culminó su colegiatura y maestría en Medicina de Emergencia de Salud Pública en Johns Hopkins. La Dra. Owusu-Ansah ha sido un miembro de la AAP por 11 años y ha participado abogando por legislación en salud pediátrica (a nivel local, estatal y federal); ha trabajado en varias disposiciones jurídicas durante su tiempo con el Departamento de Asuntos Federales de la AAP en la oficina de DC. La Dra. Owuso-Ansah está casada con un paramédico/bombero, tiene dos hijas y vive en Maryland.

 

 Nota del editor: Este artículo fue publicado durante el Mes Nacional de la Concientización sobre las Vacunas, que se lleva a cabo todos los años en el mes de agosto.   



Autor
Sylvia Owusu-Ansah MD, MPH, FAAP​
Última actualización
8/2/2016
Fuente
American Academy of Pediatrics (Copyright © 2016)
La información contenida en este sitio web no debe usarse como sustituto al consejo y cuidado médico de su pediatra. Puede haber muchas variaciones en el tratamiento que su pediatra podría recomendar basado en hechos y circunstancias individuales.
Síganos