Hoy en día muchas personas aprenden sobre las drogas a una edad temprana y pueden
sentirse tentadas a probarlas. Los adolescentes dicen que la marihuana (cannabis)
es fácil de obtener, por lo que ésta tiende a ser una de las primeras drogas
ilegales que prueban. El consumo de marihuana suele presentarse como algo inofensivo,
pero lo cierto es que la marihuana es una droga adictiva con riesgos y consecuencias
graves.
Como padre o madre, usted es la primera y la mejor protección contra
el consumo de drogas. La siguiente información de la Academia Americana de Pediatría
habla sobre la marihuana y cómo ayudarle a su hijo a decirle "No" al consumo
de drogas. (En esta publicación
niño se refiere tanto a niños como adolescentes).
Nota: En
la mayoría de los estados que aprueban la marihuana medicinal, los médicos pueden
recomendar la marihuana para casi cualquier enfermedad. Aunque pueden existir
beneficios del tratamiento con cannabis (el ingrediente activo de la marihuana)
en adultos con diagnósticos específicos, no existen estudios del uso del cannabis en
niños. Además, todos los pacientes deben estar conscientes de que pueden
presentarse efectos secundarios.
El consumo de marihuana afecta la salud y el bienestar
La escuela: Los usuarios de marihuana tienen dificultad para pensar claramente, concentrarse,
recordar datos y resolver problemas. El consumo frecuente de marihuana suele afectar
adversamente las calificaciones de un niño. A menudo pierde interés en la escuela y
termina por abandonarla.
Conducir autos y actividad física: La marihuana altera el buen juicio, las destrezas motrices complejas y la capacidad
de juzgar la velocidad y el tiempo. Quienes conducen un vehículo o asumen otros
riesgos habiendo fumado marihuana, son más propensos a resultar heridos o a perder la
vida.
Salud sexual: Los adolescentes que fuman marihuana son más propensos a asumir riesgos sexuales y
a tener relaciones sexuales no deseadas o sin protección.
Salud a largo plazo: El cuerpo y el cerebro de los adolescentes aún están creciendo y
madurando, fumar, incluyendo a la marihuana no es saludable para el pulmón. El
consumo de la marihuana puede causar adicción o problemas mentales (por ejemplo,
depresión, ansiedad o
esquizofrenia).
¿Cómo se usa la marihuana?
La planta seca de la marihuana se arma con tabaco en un cigarrillo, porro, puro o
pipa y se fuma. Algunos usuarios la mezclan con alimentos o la preparan como la
infusión de un té. Otras drogas como la fenciclidina (PCP por su abreviatura del
inglés), o la “crack” o piedra de cocaína también se le pueden añadir al porro o
cigarrillo, aumentando los peligros de su uso.
La marihuana es una droga adictiva
Al igual que el alcohol, la nicotina y otras drogas ilícitas, los niños que fuman
marihuana pueden perder el control de su uso y volverse adictos. Muchas personas pasan
por alto la adicción a la marihuana porque sus síntomas de abstinencia no son
prominentes o no se hacen presentes. Sin embargo, la reacción a la abstinencia es
apenas uno de los síntomas de la adicción.
Los adolescentes que son adictos a
la marihuana probablemente fuman varias veces a la semana o más. Aunque la mayoría
creen que controlan el hábito y que son capaces de dejarlo en cualquier momento, en
general no les es posible hacerlo. Aquellos que consumen marihuana en grandes
cantidades suelen tener un pobre desempeño escolar o deportivo, pierden interés en sus
pasatiempos y desarrollan problemas interpersonales con sus familiares y amigos. Los
adolescentes que continúan consumiendo marihuana hasta la edad adulta suelen tener un
desempeño laborar más bajo y una menor estabilidad familiar que sus hermanos que no
consumen drogas. Al igual que con el alcohol, cuanto más joven sea una persona al
iniciar el consumo de marihuana, mayor será la probabilidad de que se vuelva
adicta.
Señales del consumo de marihuana
Reconocer los señales del consumo de drogas es el primer paso para obtener la
ayuda que necesita su hijo. Sin embargo, algunos de estos signos pueden ser vagos.
Contemple la posibilidad de que su hijo está consumiendo marihuana u otras drogas
si:
Pasa menos tiempo con la familia y los amigos y más tiempo a solas o fuera de
casa
Se muestra temperamental o irritable
Comienza a faltar a clases, suele llegar tarde a la escuela o sus
calificaciones desmejoran
Compra objetos como discos o camisetas con mensajes o símbolos en favor de la
marihuana
Pierde interés en sus pasatiempos habituales
Llega a casa con actitud de drogado (habla mucho, se ríe, tiene los ojos rojos
o vidriosos) o se va derecho a su habitación
Huele a marihuana
Tiene drogas o parafernalia (objetos) relacionados con las drogas
Lo que usted puede hacer
Siga estos pasos para prevenir que su hijo se interese en el consumo de marihuana y
otras drogas.
Establezca expectativas altas y límites claros. Inculque valores
sólidos. Hágale énfasis a su hijo en que usted espera que no consuma drogas.
Enséñele valores saludables e importantes para su familia, y a usar esos valores al
discernir entre lo correcto y lo incorrecto.
Hable con su hijo sobre los peligros del consumo de drogas, incluyendo
la marihuana. Los jóvenes que desconocen los hechos sobre las drogas pueden
probarlas sólo por saber qué se siente. Comience a hablar con su hijo a una edad
temprana acerca de los peligros del consumo de drogas. Anímelo a hacerle preguntas y a
expresar sus inquietudes. Escúchelo y no lo dé sermones ni hable sin parar. Pregúntele
qué piensa sobre el consumo de drogas y sus riesgos.
Aproveche los momentos aleccionadores. Hablen sobre los
accidentes automovilísticos y otras tragedias provocadas por el consumo de drogas que
aparecen en las noticias o se presentan en la vida de su hijo.
Ayúdele a enfrentar la presión de sus compañeros. Los
compañeros y otras personas pueden ejercer una fuerte influencia para que un joven
pruebe las drogas. Como padre o madre, usted puede ejercer una influencia aún mayor
para ayudar a su hijo a tener confianza en sí mismo, tomar decisiones saludables y
resistir las presiones poco saludables de sus compañeros. Dígale que está bien decir
"¡No!" a conductas riesgosas, y a decirlo con convicción. Ayúdelo a dedicar
su tiempo a intereses positivos que fomenten la autoestima.
Ayúdele a afrontar sus emociones. Durante la adolescencia,
muchos jóvenes enfrentan emociones fuertes por primera vez. Es usual que se depriman o
se sientan ansiosos, lo que puede llevarlos a recurrir a las drogas para tratar de
eludir esos sentimientos y olvidar sus problemas. Explíquele que todos los jóvenes
experimentan esos sentimientos de vez en cuando, así que es importante aprender a
expresar sus emociones y enfrentar las situaciones difíciles de un modo saludable, lo
que le permitirá prevenir o resolver los problemas.
Dé un buen ejemplo. Evite consumir tabaco y drogas ilícitas.
Reduzca al mínimo el consumo de alcohol y nunca conduzca habiendo bebido. Dé un buen
ejemplo en el modo en que se expresa, se controla y alivia el estrés, el dolor o la
tensión. ¡Las acciones dicen más que las palabras!
Obtenga una evaluación profesional. Si cree que su hijo está
consumiendo drogas, exprésele al pediatra sus inquietudes exactas. El médico podrá
ayudarle. Consulte: Estrategias de intervención para pades preocupados.
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