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Edades y Etapas

Cómo hablar sobre el sexo con su hijo

Nuestros hijos viven en una sociedad sumamente sexualizada donde están expuestos a lenguaje, imágenes y conductas sexuales antes de estar preparados, desde el punto de vista de su desarrollo, para manejarlos. Los niños no pueden hacer nada con respecto a las hormonas que aparecen a los 12 años, pero no tienen más remedio que aprender a manejar sus cuerpos cambiantes y los nuevos impulsos en una sociedad que les muestra que "sí" pero les dice "ahora no".

  • No desacredite al amor. Entienda la importancia de los vínculos románticos en la vida de un adolescente y los sentimientos intensamente fuertes que generan, incluso aunque su definición y perspectiva del amor sea diferente a la de su hijo.
  • No se abstenga de educar a sus propios hijos. Si no lo hace usted, lo hará otra persona. Pueden aprender conductas y actitudes de las que den ejemplo otros adultos, de los medios de comunicación y de la cultura popular, además de sus compañeros, indudablemente. Comunique su propio punto de vista para que forme parte de la educación sexual de sus hijos.
  • Hable de sexo pronto y a menudo. Ellos no siempre lo escuchan. No siempre van a creerle. A menudo no recuerdan lo que usted dijo, en especial si no estaban listos para escucharlo. (Pero a menudo están escuchando cuando simulan no estar haciéndolo).
  • Evite las conversaciones sobre sexualidad que estén llenas de "no". Con frecuencia los padres nos dicen que suelen hablar de sexo con sus adolescentes. No obstante, en general esas conversaciones tratan principalmente de los "no".
  • No hagas esto, no hagas aquello. Sin embargo, lo que queda siempre es lo que se puede hacer. ¿Qué pueden hacer para tener una sexualidad sana con una pareja que quieren? ¿Cómo pueden saber si la pareja está interesada en ellos como personas y no solamente como un posible compañero sexual? ¿Cómo pueden enfrentar la presión de la pareja o de los amigos de tener relaciones sexuales cuando no se sienten listos? Estos temas deben ser parte de la discusión sobre una sexualidad sana. ¡Ofrézcales información sobre lo que pueden hacer!
  • El momento adecuado, el lugar indicado. Proporcione información precisa y adecuada para el contexto de desarrollo. Adáptese a ellos. Un niño pequeño que pregunta: "¿Qué quiere decir sexo?" tal vez se esté preguntando qué quiso decir la maestra cuando les pidió que "formaran filas por sexo" para el recreo. Averigüe exactamente cuál es la pregunta y luego intente dar una respuesta honesta que la responda adecuadamente.
  • Sea realista. Aclare los mitos y los rumores. Ofrezca información precisa. Use un lenguaje simple pero respete la inteligencia y la curiosidad de los niños. Sobre todo, evite menospreciar a los niños y adolescentes cuando hable de sexo.
  • Empodere a sus hijos. Dígales que merecen sentirse respetados en sus relaciones, tener su propio espacio, conservar sus amigos, incluir a su familia y sentirse bien consigo mismos. Enséñeles a esperar una relación del tipo "dar y recibir", recíproca, pero que, en definitiva, una buena relación los ayuda a mejorar lo que ya son y a sentirse mucho mejor al respecto.
  • Fije expectativas positivas. Haga saber a sus hijos que merecen disfrutar del buen sexo. Hablen sobre lo bueno del sexo; eso los ayudará a tener criterios positivos para juzgar sus experiencias sexuales. Ayude a sus hijos a saber por qué vale la pena esperar para tener relaciones sexuales y ofrézcales algunas guías realistas para saber cuándo vale la pena continuar.
  • Use los medios de comunicación (lo bueno, lo malo y lo feo). Use temas presentados en los medios a diario y en la cultura popular adolescente como punto de partida para las conversaciones teóricas sobre el sexo y las relaciones. Evite formular juicios o sentencias, incluso respecto a personajes de ficción; sus hijos anticiparán que su reacción respecto a ellos será similar si alguna vez se encontraran en esa situación. Considere usar una situación que se muestre en la televisión a manera de ejemplo para iniciar conversaciones sobre el tema sin prejuicios; esto le permitirá conocer el punto de vista de su hijo y le dará la oportunidad de plantear sus ideas para que reflexionen sobre ellas.
  • Sea un ejemplo. Si usted tiene una buena relación, dígaselo a sus hijos. Permítales ser testigos de usted y su pareja teniendo desacuerdos y resolviéndolos; déjelos ver que pueden darse un beso y hacer las paces.
  • Enseñarles a los niños sobre el sexo no significa criarlos sin valores. Reconocer la existencia de la sexualidad no es lo mismo que consentir o darles permiso para tener relaciones sexuales. Ayudar a los niños a entender que los pensamientos y sentimientos sexuales son normales brinda a los padres la oportunidad de continuar conversaciones sobre cómo (y de qué) abstenerse, así como también sobre la manera de manejar sus impulsos y deseos. Abra la puerta para seguir conversando sobre cómo comportarse de forma segura y responsable cuando los adolescentes comienzan a tener actividades íntimas físicas o sexuales.
  • Escuche más en lugar de hablar. Sepa escuchar para ayudar a los adolescentes en desarrollo a tomar sus propias buenas decisiones acerca de sus conductas sexuales. Involucrar a los niños en una conversación sobre sexualidad tiene mucho que ver con el desarrollo del proceso de toma de decisiones independiente más que con un sermón acerca de lo que "deben" y "no deben" hacer.
  • Pregunte en lugar de decirles. Averigüe lo que está pensando su hijo cuando habla de sus propias relaciones o experiencias sexuales. ¿Qué significa tener un novio o una novia a cada edad? Escuche lo que significa para el adolescente en ese momento. El nivel de comprensión y participación del adolescente podría, de hecho, ser adecuado para su nivel de desarrollo. Entienda, no critique. También es útil hablar sobre sus amigos y las relaciones de ellos. Los adolescentes suelen conversar más acerca de sus amigos que de ellos mismos, pero escuchar lo que están haciendo sus amigos le permite saber cómo se siente su adolescente.
  • No haga demasiadas preguntas; de lo contrario, no recibirá ninguna información. Ofrezca un espacio respetuoso para que comparta lo que desea (la emoción del primer amor, sentirse valorado, querido o deseado por otra persona de una manera muy distinta e intensamente íntima).
  • Hable de forma general. Estar dispuesto a hablar de generalidades permite que las conversaciones sobre temas difíciles, como el sexo, avancen sin que nadie se sienta demasiado incómodo. Cuéntele a su hijo que usted conoce a personas que tuvieron determinadas experiencias cuando eran más jóvenes, que usted mismo se enfrentó a situaciones difíciles o que sabe de otras personas que las enfrentaron y que no teme hablar de esas cosas a cierto nivel. Evite interrogar a su adolescente sobre lo que hizo o no hizo exactamente en materia sexual; usted tampoco quiere que ellos le pidan detalles sobre su vida íntima. Mantener las cosas a un nivel superficial permite continuar con la conversación de manera más amplia (y posiblemente más profunda), abarcando más temas, y le permitirá comunicarse en forma más honesta sobre el sexo, de una forma que podría ser muy útil algún día.
  • La adolescencia es un período de práctica. Los años de adolescencia son excelentes para aprender acerca de las relaciones. ¿Cuál es la diferencia entre el enamoramiento y el amor verdadero? ¿Y entre un novio o una novia y los amigos, varones o mujeres? ¿Qué cosas pueden aparecer en Facebook y qué cosas no? ¿Cómo te trata cuando estás solo, en comparación a cuando están tus amigos o tus padres cerca? ¿Sabe guardar un secreto o se lo cuenta a todos sus amigos al día siguiente? Sin algunas cicatrices, ¿cómo sabremos reconocer una buena relación cuando no llega? Por otra parte, es preferible evitar los errores graves que cambian nuestra vida (como una enfermedad o un embarazo no deseado).
  • Cosas que son difíciles, pero tienen su valor. Ayude a su adolescente a aprender de sus errores. El objetivo es aprender a desarrollar y mantener aptitudes que fomenten relaciones saludables. Proteger a sus hijos de todos los traumas podría no transmitirles el mensaje tan bien como las lecciones que se aprenden cuando a ellos mismos les rompen el corazón.
  • Tenga presente el miedo a decepcionar. Los hijos temen decepcionar a sus padres más que cualquier otra cosa en la vida. Aunque debe decirles a sus hijos cuando se están comportando de forma riesgosa o incorrecta, déjeles bien claro que nada de lo que hagan podrá hacer que los deje de amar. Reafírmeles que, una vez que se tranquiliza, lo único que quiere es lo mejor para ellos y que se ocupará de que reciban ayuda cuando la necesiten. Evite crear situaciones en las que el temor a decepcionarlo o a hacerlo enojar les impida acudir a usted cuando más lo necesiten.
  • Deje en claro que la seguridad no es negociable. Piense en cuáles son sus prioridades esenciales para sus hijos. Lo más probable es que nada le importe más que su seguridad. Deje muy en claro, y repítalo, que nada le importa más que saber que van a estar bien. Establezcan una palabra a modo de código que puedan usar para llamar su atención y pedir ayuda cuando necesiten salir de una situación potencialmente peligrosa o incómoda. Establezca criterios para que se protejan de enfermedades y embarazos no deseados, independientemente de que esté de acuerdo o no con su decisión respecto a tener relaciones sexuales. Asegúrese de que sepan que pueden acudir a usted en busca de ayuda si algo sale mal.
  • Busque un sustituto. Hablar de sexo es difícil. Cuando lo necesite, identifique a otros adultos confiables y aliente a sus hijos a hablar con ellos; no siempre tienen que hablar con usted.
  • Cree su propio grupo de recursos de ayuda. Cree una lista de recursos web sobre sexualidad que considere que ofrecen información y consejos cabales. Tenga en cuenta la posibilidad de tener en casa libros que respalden sus valores sobre la sexualidad a la vez que ofrezcan información precisa. Busque en su comunidad recursos tales como clínicas, líneas de emergencia, especialistas terapéuticos y grupos de apoyo en caso de que sus hijos necesiten más ayuda.
Autor
Edited by Kenneth R. Ginsburg, MD, MS Ed, FAAP, FSAHM y Sara B. Kinsman, MD, PhD
Última actualización
6/5/2018
Fuente
Reaching Teens: Strength-based Communication Strategies to Build Resilience and Support Healthy Adolescent Development (Copyright © 2014 American Academy of Pediatrics)
La información contenida en este sitio web no debe usarse como sustituto al consejo y cuidado médico de su pediatra. Puede haber muchas variaciones en el tratamiento que su pediatra podría recomendar basado en hechos y circunstancias individuales.
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