Aproximadamente 2.2 millones de personas tragan o tienen contacto con una sustancia venenosa cada año. Más de la mitad de estas exposiciones a veneno ocurren en niños menores de 6 años de edad.
La mayoría de los niños que beben algo venenoso no tienen daños permanentes, especialmente si reciben tratamiento inmediato. Si piensa que su hijo está envenenado, mantenga la calma y actúe rápido.
Debe sospechar envenenamiento si alguna vez encuentra a su hijo con un envase abierto o vacío de una sustancia tóxica, especialmente si está actuando extraño. Manténgase alerta de estas otras señales de posible envenenamiento.
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Manchas inexplicables en la ropa
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Quemaduras en los labios o la boca
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Babeo inusual u olores extraños en su aliento
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Náusea o vómitos sin explicación
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Calambres abdominales sin fiebre
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Dificultad para respirar
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Cambios de conducta repentinos, como sueño inusual, irritabilidad o excitabilidad
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Convulsiones o pérdida de la conciencia (solo en casos muy graves)
Tratamiento
En cualquier ocasión que su hijo haya tomado un veneno de cualquier tipo, debe informarle al pediatra. Sin embargo, el centro de control de envenenamiento local le proporcionará información inmediata y la orientación que necesite cuando descubra que su hijo está envenenado. Estos centros están disponibles veinticuatro horas al día y cuentan con expertos que pueden decirle qué hacer en el momento. Llame al número gratuito de la Línea de ayuda en caso de envenenamiento al 1–800–222–1222 donde le proporcionarán acceso inmediato y gratuito a cualquier hora a su centro de control de envenenamiento regional. Si hay una emergencia y no encuentra el número, llame al 911 o al servicio de información y pida que le comuniquen a la Línea de ayuda en caso de envenenamiento.
La acción inmediata que deberá tomar depende del tipo de envenenamiento. La Línea de ayuda en caso de envenenamiento puede darle instrucciones específicas si conoce la sustancia particular que su hijo se tragó.