Por Christine Lauren, MD, FAAP y Sean Reynolds, MD, FAAP
En los primeros años y la etapa preescolar de un niño abundan las experiencias nuevas, como un primer encuentro para jugar o el primer triciclo. No obstante, cerca de los
5 años, podría aparecer por primera vez algo menos divertido: el primer herpes labial del niño.
Esto es lo que los padres deben saber sobre el herpes labial en niños, y cómo tratarlo y controlarlo.
¿Qué es el herpes labial?
El herpes labial
(también llamado ampolla febril o herpes oral) comienza como pequeñas ampollas que se forman alrededor de los labios y la boca. A veces también aparecen en el mentón, las mejillas y la nariz. Luego de algunos días, las ampollas suelen empezar a supurar, y más tarde forman una costra y se curan por completo en un plazo de una a dos semanas.
¿Los resfríos causan herpes labial?
Pese a su nombre en inglés,
"cold sore", que literalmente quiere decir "llaga por resfrío", el herpes labial no tiene nada que ver con los resfríos. En los niños, el herpes labial puede ser causado por el virus del herpes simple de tipo 1 (VHS-1). Por lo general, el herpes genital es causado por una cepa diferente, el virus del herpes simple de tipo 2 (VHS-2), aunque ambas cepas del virus pueden causar llagas en cualquier parte del cuerpo.
¿Cómo se contagia el herpes labial?
El herpes labial es sumamente contagioso. Puede contagiarse a través de la saliva, el contacto piel con piel o al tocar un objeto anteriormente manipulado por alguien infectado con el virus.
La mayoría de las personas se exponen por primera vez al VHS cuando tienen entre 1 y 5 años: más de la mitad de la población estadounidense estará infectada cuando llegue a la edad adulta. Más allá de las molestas llagas que puede causar el virus, el VHS suele ser inofensivo.
Síntomas del VHS primario
Cuando a un niño le aparece un herpes labial por primera vez (también llamado VHS primario), las ampollas suelen contagiarse de los labios a la boca y las encías. También es posible que el niño tenga fiebre, ganglios linfáticos inflamados y doloridos, dolor de garganta, irritabilidad y babeo. Sin embargo, a veces los síntomas son tan leves que los padres ni siquiera los notan.
¿Puede causar otros problemas el herpes labial?
Si el VHS se contagia a los ojos
El virus del herpes labial puede contagiarse a los ojos, lo que puede provocar queratitis por VHS, una infección en los ojos. La infección suele curarse sin dañar el ojo, pero las infecciones más graves pueden dejar cicatrices o causar ceguera.
Si el VHS se contagia a un recién nacido
El VHS es peligroso para los bebés menores de 6 meses, especialmente para los recién nacidos y hasta los primeros meses de vida.
Los padres o familiares que tengan herpes labial activo deben tener especial cuidado de no besar a los bebés. Los signos de que un bebé podría haberse infectado con el VHS incluyen la aparición de una o más ampollas pequeñas en la piel o llagas en la piel. También podría tener fiebre baja. Estos síntomas pueden ocurrir de 2 a 12 días después de la exposición al VHS. Si le preocupa que se produzcan lesiones en la piel, comuníquese con el pediatra.
Si su hijo tiene eccema
Si su hijo tiene
eccema (dermatitis atópica) y desarrolla un herpes labial, pueden aparecer ampollas y llagas generalizadas en la piel. Esto se denomina "eccema herpético". Los niños que tienen esta afección pueden enfermarse y, en algunos casos, requerir hospitalización. Si su hijo tiene eccema y presenta nuevas ampollas o llagas, llame al pediatra.
¿El herpes labial vuelve a aparecer?
Después del primer herpes labial de un niño, el virus se instala en fascículos de células nerviosas del cuerpo, sin causar síntomas salvo que se active y vuelva a la superficie de la piel.
Si bien el virus permanece en el cuerpo por el resto de la vida, los brotes del herpes labial son variables. Algunos niños jamás volverán a tener herpes labial, mientras que otros tal vez tengan varios brotes al año. Cuando el virus se reactiva, el herpes labial tiende a formarse otra vez en el mismo lugar, cerca de la boca o en el lugar de la piel en el que apareció por primera vez.
Signos de reactivación del herpes labial
Los primeros signos de una reactivación incluyen hormigueo, picazón o ardor. Los padres podrían notar que el niño se toca o rasca insistentemente un punto de la piel que empieza a hincharse y a ponerse colorado antes de que se formen las llagas del herpes.
Factores desencadenantes comunes del herpes labial
Una vez que un niño se infecta con el virus que provoca herpes labial, es más probable que el herpes reaparezca cuando el sistema inmunitario del cuerpo esté debilitado o cuando la piel se irrite por otros motivos.
Entre los factores desencadenantes del herpes labial comunes en niños previamente expuestos al virus se incluyen los siguientes:
Fatiga y estrés
Exposición a luz solar, calor, frío o sequedad intensos
Lesiones o grietas en la piel
Enfermedad (como resfríos o gripe)
Deshidratación y alimentación deficiente
Fluctuación hormonal (p. ej. durante el período menstrual de una adolescente)
Cómo tratar y controlar el herpes labial en niños
Si bien actualmente el herpes labial no tiene cura, la buena noticia es que cicatriza solo en el transcurso de unos días a una o dos semanas. Por lo general, no es necesario usar medicamentos durante un brote. Los padres pueden evitar que las llagas se propaguen, ayudar a aliviar el dolor durante una reactivación e intentar evitar posibles factores desencadenantes.
Detener la propagación del VHS
Intente evitar que su hijo se rasque o se quite las costras del herpes labial. Esto puede propagar el virus a otras partes del cuerpo como los dedos y los ojos, así como también a otros niños que toquen juguetes y otras cosas con las que jueguen. Lávele las manos y limpie los juguetes con regularidad.
Durante una reactivación del herpes labial, no permita que su hijo comparta bebidas ni cubiertos, toallas, pasta de dientes ni otros elementos para evitar la propagación de la infección. Además, lave las toallas y sábanas con agua caliente después de usarlas.
En general, los niños pueden volver a la guardería o a la escuela con una infección activa. Sin embargo, el pediatra podría sugerir que se queden en casa si babean mucho o si se trata del primer brote del VHS.
Para obtener más información, consulte
Cuándo dejar a su hijo en casa en lugar de llevarlo a la guardería.
Si su hijo practica deportes que involucran el contacto piel con piel, como por ejemplo
lucha, no deberá practicarlo mientras tenga una infección activa por herpes labial. Asegúrese de que los tapetes y demás equipos se limpien regularmente después de usarse.
Ayudar a aliviar el dolor del herpes labial
Aplique hielo o un paño tibio sobre las llagas para aliviar el dolor del herpes labial.
Los alimentos fríos o helados, como los licuados, podrían aliviar los labios doloridos y ayudar a evitar la deshidratación.
Evite dar a su hijo alimentos ácidos durante un brote del herpes labial (p. ej. frutas cítricas o salsa de tomate), ya que podrían provocar irritación.
Si las llagas del herpes de su hijo siguieran provocando dolor, en especial, si su hijo no quisiera comer ni beber debido al dolor de la boca, pídale al pediatra que le dé un analgésico, como por ejemplo
paracetamol o
ibuprofeno. Su pediatra, además, podría sugerir el uso de un medicamento para acortar los brotes a uno o dos días.
Evitar los factores desencadenantes del herpes labial
La exposición intensa al sol y la quemadura solar pueden provocar un brote del herpes labial. Por lo tanto, asegúrese de que su hijo use protección solar para la piel y los labios antes de salir al aire libre.
Asegúrese de que su hijo duerma y descanse lo suficiente, que haga ejercicio y que coma una dieta bien balanceada.
Ayude a su hijo a manejar el
estrés, ya que puede aumentar las probabilidades de que se produzcan brotes del herpes labial.
Cuándo consultar al pediatra sobre un herpes labial
Durante la primera infección por herpes labial de su hijo: esto se recomienda en especial si su hijo tiene una dificultad conocida para combatir infecciones o una afección cutánea crónica, como por ejemplo
eccema. Si su hijo bebe menos líquido durante la infección, debe llevarlo al pediatra, ya que podría deshidratarse.
Si su hijo recién nacido desarrolla una erupción con ampollas o fiebre: esto podría ser un síntoma de una infección neonatal por herpes simple peligrosa.
Si hay llagas o ampollas cerca de los ojos del niño: el VHS es la causa más común de infecciones en la córnea.
Si su hijo tiene
dolor de cabeza combinado con confusión, convulsiones o fiebre durante un brote del herpes labial: podría indicar una infección cerebral peligrosa causada por el virus, incluso
meningitis o encefalitis.
Si las llagas no se curan solas en un plazo de 7 a 10 días: Su pediatra tal vez quiera descartar una infección bacteriana secundaria o cualquier otra afección médica.
Si la piel que rodea la lesión del herpes simple se enrojece, se hincha o se siente caliente al tocarla: podrían ser signos de una infección bacteriana secundaria.
Si su hijo sufre de herpes labial con frecuencia: Los niños que sufran más de cinco o seis brotes por año tal vez se beneficien de los medicamentos antivíricos. Hable con el pediatra para que le recete alguno si su hijo padece brotes frecuentes.
Más información
Acerca de la Dra. Lauren
Christine Lauren, MD, FAAP, es profesora adjunta de Dermatología y Pediatría en Columbia University Vagelos College of Physicians and Surgeons y en New York-Presbyterian Hospital. Actualmente es miembro del Comité Ejecutivo del Departamento de Dermatología de la AAP. Se desempeña como funcionaria Institucional Adjunta Designada en New York-Presbyterian, donde colabora con residentes y colegas en todos los campus académicos. |
Acerca del Dr. Reynolds
Sean Reynolds, MD, FAAP, es profesor adjunto de Pediatría en University of Missouri-Kansas City School of Medicine y profesor adjunto clínico de Medicina Interna en University of Kansas School of Medicine. El Dr. Reynolds asistió a la facultad de medicina en Irlanda, en University College Cork School of Medicine, antes de mudarse a los Estados Unidos para completar su residencia en Pediatría en Boston Children's Hospital, y luego realizó su residencia en Dermatología en Brown University. Completó su formación médica con una beca de especialización en Dermatología Pediátrica en University of California, San Francisco. Se incorporó a la División de Dermatología como parte del cuerpo docente de Children’s Mercy en 2020, donde se desempeña como director de Educación para Residentes y es el subdirector del Programa de Becas en Dermatología Pediátrica.
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