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Problemas de salud

Paperas en niños: qué deben saber los padres

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Las paperas son una enfermedad viral que se propaga fácilmente a través de pequeñas gotas de saliva cuando alguien tose o estornuda. Uno de los síntomas más comunes es la inflamación de uno o ambos lados de la cara, cerca de las mejillas y la mandíbula. También pueden causar fiebre, dolor de cabeza y otros síntomas incómodos.

Las paperas no afectan a todos los niños de la misma manera. Algunos niños pueden sertirse muy enfermos, y otros solo tienen síntomas menores. Es difícil predecir qué tan seria será la infección o si habrá complicaciones, por eso es que la prevención es tan importante.

¿Por qué es necesaria la vacuna contra las paperas?

La vacuna contra las paperas garantiza que, incluso si su hijo se infecta con esa enfermedad, sus síntomas serán leves. La vacuna también previene serios problemas de salud que las paperas pueden causar como, en casos raros, pérdida de audición o problemas de fertilidad permanentes. (Vea más abajo Posibles complicaciones de las paperas en el momento y después de la enfermedad)

Siga leyendo para aprender cómo reconocer los síntomas de esta enfermedad y cómo prevenirla. En la actualidad, su hijo puede crecer sin enfermarse de paperas y sin perderse de momentos importantes de aprendizaje y juego por estar enfermo.
Síntomas de las paperas

Es común que las paperas afecten las glándulas que producen saliva (glándulas salivales). Esas glándulas se encuentran entre la mandíbula y el oído, o debajo de la mandíbula, a cada lado de la cara. Esa zona se inflama y puede doler cuando se toca o mientras se mastica.

Uno o ambos lados de la cara pueden inflamarse en momentos diferentes. En varones adolescentes que no han recibido la vacuna, el primer signo de infección con paperas puede ser la inflamación de los testículos.

Comer alimentos que estimulen la producción de saliva o tomar zumos o jugos de frutas cítricas, o de sabores cítricos, puede ser doloroso para los niños con paperas.

Los síntomas de las paperas incluyen:

  • Inflamación y dolor de las glándulas salivales (en el área de la mandíbula)

  • Dificultad para masticar y tragar comida

  • Fiebre

  • Dolor de cabeza

  • Vómito ocasional

  • Inflamación y dolor de las articulaciones (en niños, inflamación de los testículos)

  • Fatiga

  • Dificultad para hablar y dolor de oído (en algunos casos)

  • Inflamación de órganos como los ovarios, el pancreas y el cerebro (en casos raros)

Cómo ayudar a su hijo a sentirse mejor

Estas son algunas medidas que puede tomar en su hogar para cuidar a su hijo si tiene paperas:

  • Asegúrese de que descanse lo suficiente.

  • Dele comida blanda, alimentos no cítricos y alimentos que pueda masticar o tragar fácilmente.

  • Anímelo a tomar mucho líquido para prevenir la deshidratación.

Llame a su doctor si la condición de su hijo empeora, especialmente si tiene dolor abdominal, una falta de energía inusual o, en el caso de los varones, dolor en los testículos.

¿Son contagiosas las paperas?

Un niño con paperas puede contagiar a otros mucho antes de verse enfermo, incluso uno o dos días antes de que sus mejillas o su mandíbula se inflamen. Además, puede continuar propagando la enfermedad durante por lo menos 5 días después de que la inflamación comienza, a través de la saliva o gotas de fluido de su nariz o boca.

Aproximadamente, 1 de cada 5 personas no vacunadas que se infectan con paperas no presenta síntomas. Eso quiere decir que, si su hijo no está vacunado, es más probable que se infecte sin darse cuenta y contagie a otros niños en riesgo de desarrollar los síntomas de la enfermedad y de vivir con sus consecuencias.

En Estados Unidos, es más común que los niños se infecten con paperas durante el invierno o la primavera, aunque una infección puede ocurrir en cualquier momento.

Los niños deben quedarse en casa y abstenerse de ir a la guardería, o participar en actividades escolares o de grupo por lo menos durante 5 días a partir del momento en que la inflamación comienza.

Posibles complicaciones de las paperas en el momento y luego de la enfermedad

Niños y adultos infectados con paperas pueden sufrir complicaciones serias. Las paperas pueden causar sordera permanente, inflamación del cerebro, de las membranas alrededor del cerebro o de la médula espinal (meningitis) y, en ocasiones raras, la muerte.

Las paperas también pueden causar infección de los órganos reproductivos: los testículos en el sexo masculino (orquitis) y los ovarios en el sexo femenino (ovaritis). Estas condiciones de salud pueden causar infertilidad y/o esterilidad, es decir, que no podrán tener hijos en el futuro.

Las paperas pueden ser peligrosas durante un embarazo. Cuando la madre se infecta, el feto puede morir.

Recibir la vacuna durante la niñez previene complicaciones en el presente y a largo plazo.

¿Quién debe recibir la vacuna y cuándo?

Los niños reciben la vacuna contra las paperas como parte de la vacuna combinada conocida como MMR o triple viral. Las siglas M, M y R representan a los nombres del sarampión, las paperas y la rubéola en inglés.

La vacuna MMR se aplica en 2 dosis. Los niños reciben la primera dosis cuando tienen entre 12 y 15 meses de edad y la segunda dosis cuando tienen entre 4 y 6 años.

Algunas personas pueden llegar a necesitar una tercera dosis durante un brote de paperas en su comunidad o si recibieron la primera dosis temprano.

La mayoría de las personas (al rededor del 85 %) que reciben 2 dosis de la vacuna MMR quedan protegidas de por vida.

¿Mi hijo puede recibir la vacuna contra las paperas si está enfermo?

Si su hijo tiene una enfermedad menor, como una infección del tracto respiratorio superior, por ejemplo, todavía debe recibir la vacuna contra las paperas.

La fiebre no es un factor que impida la vacunación. Sin embargo, si hay otros síntomas que indiquen una enfermedad más seria, es importante que hable con su pediatra y le pregunte si su hijo puede recibir la vacuna.

¿Por qué la vacuna contra las paperas es importante para todos?

Puede que recuerde cuando los niños se quedaban en la casa cuando estaban enfermos de paperas, con las mejillas hinchadas como dos balones. Esas imágenes que vienen a nuestra memoria cuando pensamos en esta enfermedad pueden parecer graciosas o dar nostalgia. Sin embargo, la realidad no era así.

Las paperas fueron alguna vez la causa más común de sordera después del nacimiento en los Estados Unidos.

Mientras la mayoría de los niños se recuperaban, los síntomas de las paperas dejaron un impacto permanente en algunos de ellos. El cerebro y la médula espinal pueden inflamarse (meningitis), y cuando eso ocurre, hay riesgo de perder el oído de manera permanente. Ese fue el caso de muchos niños en el pasado.

La vacuna contra las paperas cambió todo

La vacuna contra las paperas fue creada en 1967 y recomendada para niños en 1977. Se volvió parte de la vacuna combinada MMR en 1989. Fue tan efectiva que, en 1999, solo uno en un millón de niños se contagió de paperas.

Desafortunadamente, las tasas de vacunación han disminuido desde entonces y ahora hay más infecciones que antes. Entre 2016 y 2019 el número de casos varió entre 3,000 y 6,000.

Depende de todos asegurarnos de mantener a las paperas a raya. La vacuna MMR es una manera efectiva de lograrlo. Mantiene a nuestros niños sanos y ayuda a nuestras comunidades a progresar.

Recuerde

  • Llame a su doctor si su hijo tiene dolor abdominal, falta de energía inusual o, si es varón, siente dolor en los testículos.

  • La vacuna contra las paperas garantiza que, si su hijo se infecta, los síntomas serán leves. También previene cualquier daño serio o permanente a la salud de su hijo.

  • Los niños reciben la vacuna contra las paperas como parte de la vacuna combinada conocida como MMR o triple viral.

  • Es más probable que su hijo contagie a otros de paperas si no está vacunado, incluso si no tiene ninguno de los síntomas de la enfermedad.

Más información


Última actualización
11/12/2025
Fuente
American Academy of Pediatrics Committee on Infectious Diseases (Copyright © 2025)
La información contenida en este sitio web no debe usarse como sustituto al consejo y cuidado médico de su pediatra. Puede haber muchas variaciones en el tratamiento que su pediatra podría recomendar basado en hechos y circunstancias individuales.
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