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Seguridad y Prevención

Tornados: cómo cuidar de sus hijos ante un desastre natural

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​Por Deanna Dahl Grove, MD, FAAP y David J. Schonfeld, MD, FAAP

Si es posible que su comunidad se vea afectada por un desastre natural, es importante que se prepare con anticipación. A menudo, los tornados se precipitan con muy poco aviso. Si bien pueden ocurrir tornados en cualquier lugar, las familias deben estar atentas si viven en zonas de mayor riesgo de tornados.

Los tornados también pueden ocurrir como parte de un huracán de gran magnitud. Escuche las noticias locales o la radio meteorológica del Departamento Oceánico Nacional y Atmosférico (NOAA, por sus siglas en inglés) para mantenerse informado sobre alertas y advertencias de tornados. Es importante seguir el consejo de las autoridades sobre cuándo buscar refugio. También es importante saber dónde pedir ayuda después de un tornado, cuando las familias deben enfrentar distintos desafíos. A continuación, encontrará algunos pasos para ayudarlo a proteger y apoyar a sus hijos durante estos momentos.

Cómo prepararse para un tornado

  • Prepare una lista de suministros en caso de catástrofes y un kit de emergencia. Debe tener alimentos y agua para 3 días como mínimo, medicamentos, documentos importantes y otros suministros, como botiquín de primeros auxilios, linternas, radio, extintor de incendios, silbato y baterías de repuesto.

  • Participe en simulacros de tornados con toda la familia. Practique dónde ir si los integrantes de su familia están en casa cuando se avecina un tornado. Además, asegúrese de que los niños y demás integrantes de la familia también comprendan los procedimientos de emergencia escolar y cómo reunirse si quedan separados en una emergencia. Si es posible, capacítense en primeros auxilios y soporte vital básico.

  • Identifique un lugar de la casa donde pueda refugiarse si se produce un tornado. Si no tiene un refugio en caso de tornado, utilice el sótano o, si no tiene un sótano que pueda usar en estos casos, busque refugio en una habitación interna alejada de los ventanales. Si tiene tiempo, lleve sus mascotas.

  • Asegúrese de que todos los integrantes de la familia sepan dónde están las llaves de paso de los servicios y sepan cómo cerrarlas (los servicios incluyen agua, gas y electricidad). Repase cómo cerrar las válvulas e interruptores principales en caso de que oiga o huela gas o vea una tubería de agua rota, o si las autoridades indican cerrar todas las llaves de paso de los servicios.

Qué hacer después de un tornado

  • Si queda atrapado bajo los escombros, golpee una tubería o una pared. Use un silbato, si lo tuviera, y cúbrase la nariz y la boca con un paño para protegerse del polvo. Grite únicamente como último recurso.

  • Sintonice los medios de comunicación locales y escuche las alertas de emergencia inalámbricas. Quédese en su refugio hasta que finalice la advertencia de tornado.

  • Cuando le indiquen que es seguro salir de su refugio, revísese y revise a los integrantes de su familia de inmediato para detectar lesiones.

Busque ayuda médica y brinde primeros auxilios

  • En caso de lesión grave, llame al 9-1-1.

  • Si alguna persona no reacciona o no respira, comience a hacerle RCP. No mueva a las personas gravemente heridas, a menos que estén en peligro inminente de una lesión mayor (por ejemplo, se encuentren debajo de una parte de un edificio dañado a punto de derrumbarse).

  • Ejerza presión directa sobre las heridas sangrantes y busque atención médica de inmediato para las lesiones o heridas graves que no dejan de sangrar al presionarlas.

  • Lave bien las heridas abiertas con agua limpia y jabón y cúbralas con vendajes o paños limpios. Si tuviera una pomada con antibiótico, aplíquela sobre las heridas.

  • Busque atención médica para las heridas con perforación o heridas que supuran pus o están rojas, hinchadas o sensibles al tacto.

Sepa cuándo es seguro quedarse en su casa o regresar después de la evacuación

  • Manténgase conectado para recibir información de emergencia a través de radios a batería, televisores (si hay electricidad) o alertas por mensaje de texto para recibir recomendaciones actualizadas sobre la evacuación y las precauciones que debe tener en cuenta para regresar a su casa. Si está fuera de su casa, no regrese hasta que le aconsejen que sea seguro hacerlo. Si es posible, no regrese hasta que se hayan restablecido los servicios básicos. Podría ser complicado cuidar a los niños si no hay agua ni electricidad o si no funcionan los desagües pluviales y las cloacas.

  • Asegúrese de que su casa y su vecindario se hayan convertido en lugares seguros antes de llevar a los niños. Verifique si hay peligros para la seguridad. No ingrese en edificios dañados y aléjese de los cables de luz y otros peligros eléctricos. En las estructuras dañadas y otros escombros puede haber puntas y bordes filosos que pueden ser peligrosos para niños y adultos.

  • Inspeccione el interior de su casa para detectar daños y fugas de gas. Si huele gas o ve derrames de sustancias que podrían ser inflamables, váyase inmediatamente de su casa. Si está en un edificio dañado o si su hogar no es seguro, salga a la calle y aléjese. Asegúrese de usar linternas, en lugar de velas o fósforos, para no generar un incendio en caso de fugas de gas, y evite el contacto con cualquier cable de servicio caído. Cierre las llaves de paso principales de los servicios si sospecha que hay cables rotos o le aconsejan hacerlo.

  • Esté atento a animales extraviados o salvajes, insectos y plagas después de un tornado y protéjase de ellos. Los mosquitos y otros insectos pueden reproducirse rápidamente en el agua estancada y luego propagar enfermedades. Siga los consejos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) sobre cómo prevenir la formación de moho y cómo hacer limpieza de manera segura.

Esté atento a otros peligros una vez que los niños regresen a la casa.

  • Cuando sea seguro que los niños regresen, deberán usar pantalones largos y calzado reforzado. Póngales protector solar y repelente de insectos cuando estén en el exterior. Evite los lugares de juego inseguros, como estructuras dañadas o áreas cerca de árboles caídos y cables de servicios.

  • Tenga cuidado de no conducir su automóvil en aguas de inundación. Asegúrese de que no haya cables eléctricos caídos. Las aguas de inundación pueden contener sustancias químicas peligrosas como aceite, gasolina y pesticidas. El agua puede estar contaminada con aguas residuales y gérmenes que pueden infectar cortes o heridas. Asegúrese de mantener a los niños alejados de cualquier resto de agua de inundación.

  • Deseche alimentos inseguros, como alimentos perecederos que no hayan estado adecuadamente refrigerados o alimentos con olor, color o textura inusuales. No use agua contaminada para preparar la fórmula del bebé, cocinar o lavar alimentos, ni para lavarse las manos y lavar los utensilios. Use agua segura, por ejemplo, agua embotellada, hervida o tratada para beber, cocinar y lavarse las manos.

  • Si aún no tiene electricidad y necesita poner en marcha un generador, asegúrese de mantener el generador afuera y al menos a 20 pies de su casa u otras estructuras. Manténgalo alejado de espacios cerrados para evitar una intoxicación por monóxido de carbono.

Explíqueles a sus hijos lo que está sucediendo y hable con ellos sobre cómo se sienten.

  • Cuénteles a sus hijos qué sucedió y lo que espera que pase a continuación con palabras sencillas y directas. Elegir no hablar de lo sucedido o evitar el diálogo hace que el suceso sea aún más aterrador para los niños y sugiere que es demasiado horroroso como para pensar o hablar sobre él. Los niños pueden sentirse incómodos si hacen preguntas o hablan sobre sus sentimientos.

  • Pregúnteles directamente cómo se sienten y si tienen alguna preocupación o temor. Si les preocupa que ocurra otro tornado, recuérdeles que existen formas de conocer futuras advertencias de tornados y lo que deben hacer para encontrar un lugar seguro rápidamente. Comparta con ellos las medidas que se están tomando en la comunidad para reconstruirla.

  • No les diga a los niños que no deben preocuparse. Ayúdelos a aprender a manejar los sentimientos de angustia en lugar de pretender que estos sentimientos no existen o no deberían existir.

  • No los obligue a responder sus preguntas. Generalmente, es mejor esperar hasta que estén preparados para hablar. Esté presente física y emocionalmente para que los niños sepan que está listo para hablar cuando ellos lo estén.

  • Ofrézcales tranquilidad genuina y corrija cualquier información errónea. La cantidad de información que debe compartir con los niños depende de su edad, nivel de desarrollo y estilo de afrontamiento. No brinde demasiados detalles ni comparta imágenes gráficas o cobertura emocional (como por ejemplo entrevistas con víctimas que lloran en las noticias de la televisión o fuentes en línea). Puede ser beneficioso limitar la exposición a los medios, como lo que se ve o escucha por televisión, radio, Internet o las redes sociales.

  • Si los niños ven o escuchan una cobertura en las noticias que los entristece, considere la posibilidad de verla con ellos para tranquilizarlos y responder las preguntas que tengan. Observe las señales de su hijo con respecto a la cantidad de información que deberá proporcionarle. En general, los niños mayores quieren y se benefician de información más detallada que los niños más pequeños.

Busque cambios en el comportamiento que sugieran que su hijo está teniendo dificultades para afrontar la situación.

  • Problemas para dormir. Es común que los niños experimenten cambios en el sueño (dificultad para conciliar el sueño o permanecer dormidos, pesadillas, problemas para despertarse por la mañana) o en la alimentación (como disminución del apetito o comer en exceso). Pueden luchar contra miedos o ansiedad (incluido el miedo a regresar a la escuela), aislamiento social, tristeza o depresión, una nueva hiperactividad, consumo de sustancias (alcohol, tabaco u otras drogas) o molestias físicas (como dolor de cabeza, dolor de estómago o sensación de cansancio).

  • Factores emocionales desencadenantes. Además, futuras condiciones meteorológicas adversas (o los aniversarios del suceso) pueden recordar a los niños la catástrofe, lo que puede aumentar los sentimientos de angustia. Si estas reacciones se prolongan en el tiempo, se agravan o afectan la capacidad de sus hijos para aprender y socializar, comuníquese con el pediatra u otro profesional. Sin embargo, es posible que la mayoría de los niños que experimentan angustia no parezcan molestos ni muestren ningún cambio en su comportamiento.

Considere la posibilidad de compartir sus sentimientos sobre la catástrofe con sus hijos.

  • Aproveche la oportunidad para dar el ejemplo de cómo afrontar la angustia y la decepción. Comparta estrategias de afrontamiento que funcionen para usted. Puede explicar cómo hablar con amigos o familiares, escribir sus pensamientos en un diario o usar el arte o la música para expresar sus sentimientos. Algunas personas utilizan el ejercicio, el baile, el yoga o técnicas de relajación y conciencia plena para afrontar emociones intensas.

  • Controle su estado de ánimo y cuídese. Los niños dependen de los adultos que los rodean para estar y sentirse seguros y protegidos. Si está ansioso o enojado, es probable que los niños se vean más afectados por su estado emocional o sus acciones que por sus palabras.

Ayude a los niños a hacer el duelo si han experimentado la muerte de alguien cercano.

  • Busque apoyo en recursos útiles como este folleto gratuito para descargar (disponible en español) y este artículo. Busque consejos para padres y otros adultos cuidadores sobre cómo apoyar a los niños en su duelo.

  • Recuerde que los niños también sufren otras pérdidas, como la pérdida de su hogar, la ausencia de un amigo que se mudó o la imposibilidad de regresar a la escuela. También pueden sufrir cambios en su estructura normal, su rutina y el apoyo de pares. Estos cambios y estás pérdidas pueden estar presentes semanas o meses después de la catástrofe.

Reconozca que la recuperación lleva tiempo

Limpiar y reconstruir una casa después de un tornado puede llevar meses o más tiempo. Muchas veces, los niños y las familias tardan aún más tiempo en adaptarse. Hay que contar con que habrá altibajos, celebraciones y contratiempos en el camino. La identidad de la comunidad suele cambiar respecto a lo que era antes de la catástrofe.

Comuníquese con el pediatra y la escuela de su hijo

Si le preocupa la salud, la adaptación o el comportamiento de sus hijos, comuníquese con su pediatra y sus maestros. La concentración y el aprendizaje suelen ser difíciles después de una catástrofe.

Asegúrese de que los niños reciban el apoyo y las adaptaciones adecuadas en la escuela. Si las expectativas escolares superan la capacidad actual de los niños para aprender, la escuela puede convertirse en una fuente de angustia en lugar de apoyo y asistencia. Hable con el maestro de sus hijos o con un profesional de salud mental de la escuela acerca de cómo obtener apoyo.

Más información


Acerca de la Dra. Dahl Grove

Deanna Dahl Grove, MD, FAAP, es miembro del Consejo de Niños y Catástrofes de la American Academy of Pediatrics (AAP) y del Departamento de Medicina de Emergencia.

Acerca del Dr. Schonfeld

David Schonfeld, MD, FAAPDavid Schonfeld, MD, FAAP, forma parte del comité ejecutivo del Consejo de Niños y Catástrofes de la AAP y forma parte del Departamento de Pediatría del Desarrollo y el Comportamiento. También se desempeña como director del Centro Nacional para Crisis y Duelos Escolares en Children's Hospital Los Ángeles, y es profesor de Pediatría Clínica en Keck School of Medicine de USC.


Nota del editor: Samarth Rabadiya y Brian E. Costello, MD también contribuyeron a la elaboración de este artículo.

Última actualización
6/24/2025
Fuente
American Academy of Pediatrics Council on Children and Disasters (Copyright © 2025)
La información contenida en este sitio web no debe usarse como sustituto al consejo y cuidado médico de su pediatra. Puede haber muchas variaciones en el tratamiento que su pediatra podría recomendar basado en hechos y circunstancias individuales.
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