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Edades y Etapas

11 afecciones comunes en los recién nacidos

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Algunas afecciones físicas son comunes durante las primeras semanas después del nacimiento. Si nota alguna de las siguientes en su bebé, póngase en contacto con su pediatra.

Distensión abdominal

El vientre de la mayoría de los bebés normalmente sobresale, en especial después de una lactancia prolongada. Entre una lactancia y otra, sin embargo, su vientre debería sentirse blando. Si el abdomen de su hijo se siente inflamado y duro, y si no ha defecado durante más de uno o dos días, o tiene vómitos, llame a su pediatra. Lo más probable es que el problema se deba a gases o estreñimiento, pero también podría ser una señal de un problema intestinal más grave.

Lesiones durante el parto

Los bebés pueden lastimarse durante el parto, en especial si el trabajo de parto es prolongado o difícil, o cuando los bebés son muy grandes. Si bien los recién nacidos se recuperan rápido de algunas de estas lesiones, hay otras que persisten. En ocasiones se produce una fractura de clavícula, que se cura rápidamente. Después de unas semanas puede aparecer un bulto pequeño en el sitio de la fractura, pero no se preocupe: esto es una señal de que se está formando hueso nuevo para reparar la lesión y pronto quedará como nuevo.

La debilidad muscular es otra lesión frecuente del parto, causada por la presión o el estiramiento de los nervios ligados a los músculos. Estos músculos, que habitualmente quedan debilitados de un lado del rostro o un hombro o brazo, en general vuelven a la normalidad después de unas semanas. Mientras tanto, pídale a su pediatra que le muestre cómo amamantar y sujetar al bebé para promover su cicatrización.

Síndrome del bebé azul

Los bebés pueden tener las manos y los pies levemente azulados o morados, algo que es normal. Si las manos y los pies quedan un poco azulados por el frío, deberían volver a estar de color rosa ni bien estén cálidos otra vez. En ocasiones, el rostro, la lengua y los labios pueden tornarse un poco azulados cuando el bebé llora con fuerza, pero, una vez que se calma, el color debería volver rápido a la normalidad. Sin embargo, una pigmentación cutánea persistente y azulada es señal de que el corazón o los pulmones no funcionan correctamente y el bebé no recibe suficiente oxígeno en la sangre. La atención médica inmediata es fundamental.

Movimientos intestinales inusuales

Meconio. Después del parto, el personal médico estará atento a la primera orina y al primer movimiento intestinal del bebé para asegurarse de que no tenga problemas con estas importantes tareas. Esto puede demorarse 24 horas o más. La primera o las dos primeras deposiciones serán negras o verde oscuro y muy pegajosas. Se trata del meconio, una sustancia que se encuentra en el intestino del bebé antes de que nazca. Si su bebé no expulsa el meconio en las primeras 48 horas, se lo deberá seguir evaluando para garantizar que no tenga problemas en el intestino grueso.

Sangre en las heces. En ocasiones, los recién nacidos tienen un poco de sangre en las heces. Si esto ocurre durante los primeros días, en general significa que el bebé tiene una pequeña fisura en el ano debido a las deposiciones. Generalmente esto es inofensivo, pero, incluso así, informe a su pediatra sobre cualquier signo de sangre para confirmar el motivo, ya que existen otras causas que requieren mayor evaluación y tratamiento.

Tos

Si el bebé toma muy deprisa, puede toser y balbucear, pero este tipo de tos debería cesar en cuanto se familiarice con su rutina de alimentación. Esto también puede estar relacionado con la fuerza o rapidez con la que baja la leche de la madre. Si tose de manera persistente o tiene náuseas habitualmente al alimentarse, consulte al pediatra. Estos síntomas podrían indicar un problema subyacente en los pulmones o el tracto digestivo.

Llanto excesivo

Todos los recién nacidos lloran, en general sin motivo aparente. Si se ha asegurado de que su bebé esté alimentado, que haya eructado, que esté abrigado y vestido con un pañal limpio, la mejor táctica probablemente sea tenerlo en brazos y hablarle o cantarle hasta que se detenga. No va a malcriar al bebé a esta edad por prestarle demasiada atención. Si esto no funciona, envuélvalo bien con una manta o intente otras formas que pueden ayudar a calmar a su bebé.

Se acostumbrará al llanto habitual de su bebé. Si alguna vez suena extraño, como gritos de dolor, o si persiste durante un período inusual, podría significar un problema médico. Llame al pediatra y solicite asesoramiento.

Marcas de fórceps

Cuando se usan fórceps durante el parto, pueden quedar marcas rojas o incluso raspaduras superficiales en el rostro y la cabeza del recién nacido. Esto generalmente desaparece en unos días. A veces se desarrolla una protuberancia firme y plana en una de estas zonas debido a pequeños daños en el tejido subcutáneo, pero también suele desaparecer en dos meses.

Ictericia

Muchos recién nacidos normales y saludables tienen un color amarillento en la piel, lo que se conoce como ictericia. Se debe a una acumulación de bilirrubina en la sangre del bebé. La ictericia leve es inofensiva. Sin embargo, si el nivel de bilirrubina sigue aumentando y no se trata, puede dar lugar a una lesión cerebral. La ictericia tiende a ser más común en los recién nacidos amamantados, más a menudo en aquellos que no se amamantan bien: las madres que amamantan deben hacerlo al menos de ocho a doce veces al día, lo que producirá suficiente leche y mantendrá bajos los niveles de bilirrubina.

La ictericia aparece primero en el rostro, después en el tórax y el abdomen, y por último en los brazos y las piernas en algunos casos. También es posible que la parte blanca de los ojos se vuelva amarilla. En la actualidad, la mayoría de los hospitales examinan rutinariamente a los recién nacidos para detectar ictericia 24 horas después del parto con un fotómetro manual que no causa dolor. Si el pediatra sospecha que puede haber ictericia, basándose en el color de la piel, así como en la edad del bebé y otros factores, puede solicitar un análisis de piel o de sangre para diagnosticar definitivamente la afección. Si la ictericia se desarrolla antes de que el bebé tenga 24 horas, se requiere siempre una prueba de bilirrubina para hacer el diagnóstico adecuado. Si observa un aumento repentino de la ictericia cuando su bebé esté en casa, comuníquese con su pediatra.

Letargo y somnolencia

Todos los recién nacidos pasan la mayor parte del tiempo durmiendo. Siempre que se despierte cada pocas horas, coma bien, parezca contento y esté alerta parte del día, es perfectamente normal que duerma el resto del tiempo. Pero si rara vez está alerta, no se despierta por sí mismo para alimentarse o parece demasiado cansado o desinteresado para alimentarse, debería consultar con su pediatra. Este letargo, especialmente si se trata de un cambio repentino en su ritmo habitual, puede ser síntoma de una enfermedad grave.

Dificultad respiratoria

Es posible que desarrollar un ritmo de respiración normal le lleve a su bebé unas horas después del parto, pero posteriormente no debería tener mayores dificultades. Si parece estar respirando de forma inusual, lo más frecuente es que se deba a que las fosas nasales están bloqueadas. Usar gotas nasales de solución salina y luego succionarle los mocos de la nariz con una pera de goma puede solucionar el problema (ambas cosas son de venta libre).

Sin embargo, si el recién nacido presenta alguno de los siguientes síntomas, notifique a su pediatra de inmediato:

  • Respiración acelerada (más de 60 respiraciones en un minuto), aunque tenga presente que los bebés normalmente respiran más rápido que los adultos

  • Retracciones (activación de los músculos entre las costillas con cada respiración, de modo que las costillas sobresalen)

  • Ensanchamiento de su nariz

  • Respiración ruidosa

  • Pigmentación cutánea azul persistente

Problemas con el cordón umbilical

Sangrado en el muñón del cordón umbilical. Al cuidar el cordón umbilical del bebé, podría notar algunas gotas de sangre en el pañal coincidiendo con momento en que el muñón se caiga. Esto es normal. Pero, si el cordón sangra de forma abundante, llame al médico de su bebé de inmediato. Si el muñón se infecta, requerirá tratamiento médico. Aunque las infecciones del cordón umbilical son poco comunes, si nota alguna de las siguientes cosas, debe comunicarse con su médico:

  • Secreción amarillenta maloliente del cordón umbilical

  • Piel roja alrededor de la base del cordón

  • Llanto al tocar el cordón o la piel alrededor de ésta

Granuloma umbilical. A veces, en lugar de secarse por completo, el cordón forma un granuloma o una pequeña masa enrojecida de tejido cicatricial que permanece en el ombligo después de que se ha caído el cordón umbilical. Este granuloma drenará un líquido de color amarillo claro. Esta afección generalmente desaparecerá en aproximadamente una semana, pero, si no es así, es posible que su pediatra deba quemar (cauterizar) el tejido granulomatoso.

Hernia umbilical. Si la zona del cordón umbilical de su bebé parece empujar hacia afuera cuando llora, es posible que tenga una hernia umbilical, un pequeño orificio en la parte muscular de la pared abdominal que permite que el tejido se abulte cuando hay un aumento de la presión abdominal (por ejemplo, al llorar). Esta no es una afección grave y, por lo general, se cura por sí sola en los primeros doce a dieciocho meses. (Por razones desconocidas, muchas veces tarda más en sanar en los bebés afroamericanos). En el improbable caso de que no se cure a los tres o cinco años de edad, el agujero puede necesitar cirugía. No ponga cinta adhesiva ni una moneda en el ombligo. No ayudará a la hernia y puede causar sarpullidos en la piel.


Última actualización
5/19/2025
Fuente
Caring for Your Baby and Young Child: Birth to Age 5 7th Edition (Copyright © 2019 American Academy of Pediatrics)
La información contenida en este sitio web no debe usarse como sustituto al consejo y cuidado médico de su pediatra. Puede haber muchas variaciones en el tratamiento que su pediatra podría recomendar basado en hechos y circunstancias individuales.
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