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Vida familiar

3 formas en las que su hijo adquiere importantes habilidades para la vida a través del juego

Mucho antes de que un niño empiece la escuela, está ocupado aprendiendo sobre el mundo que lo rodea y cómo interactuar con él. Una de las formas más importantes en que hacen esto es a través del juego. Siga leyendo para aprender cómo algunas de las diferentes maneras de jugar ayudan a forjar distintas habilidades de desarrollo que a su vez ayudan a sentar las bases para formar pequeñas personas (y padres) resilientes.

  • Razonamiento flexible y creativo

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    ​Esto empieza con el juego de simulación. Cuando los niños se enfrentan a situaciones de fantasía, crean sus propias historias y ven las cosas desde muchas perspectivas, es menos probable que se queden atascados en una única forma de ver el mundo.

    Consejos según cada edad

    • Bebés: Los bebés todavía no pueden simular, pero pueden copiarle una variedad de pasos de baile, nuevas formas de apilar bloques, hacer que los autos hagan "run run" por la habitación o explorar lugares nuevos. Las rutinas son buenas, pero no se estanque en una rutina reiterativa. Cambie un poco las cosas para que su bebé aprenda a adaptarse a nuevas vistas, sonidos, olores y personas.

    • Niños pequeños: Los niños pequeños pueden empezar a pensar en símbolos ("Este dibujo de un perro en el libro representa a un perro de la vida real"), así que, a esta edad, no dejen de jugar a simular. ¡Esta banana es un teléfono! ¡Este bloque es un arándano que tu animal de peluche tiene ganas de comerse como merienda! Los niños que piensan con rigidez podrían resistirse a este tipo de juego; intente que sea divertido o ridículo.

    • Preescolares: A esta edad, los niños pueden empezar a simular ser doctores, bomberos, princesas, lo que se les ocurra. Pueden hacer que los juguetes caminen por ahí y tengan experiencias que a ellos tal vez le den miedo (ir al dentista, el primer día de escuela). Cuando se enfocan en un juguete o cambian a la perspectiva de otra persona, están generando flexibilidad. Simular ser un personaje de videojuego no conlleva la misma experiencia, porque los niños no obtienen la misma experiencia sensorial y social. Intente dejar que su hijo sea su maestro, lo rescate de un incendio o le haga una revisión médica: probablemente pueda percibir algo de lo que piensa y siente a través del juego de simulación.

  • Períodos de atención más largos

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    Piense en actividades para jugar sobre una mesa (construir, armar rompecabezas, resolver problemas) para ayudar a su hijo a practicar habilidades de concentración.

    Consejos según cada edad

    • Bebés: Tal vez se pregunte: ¿qué período de atención tiene un bebé? Los bebés miran con naturalidad a lo que sus cuidadores miran; esto se llama "atención conjunta". Al poner un juguete (bloques, vasos para apilar, marioneta) tanto en su línea de visión como en la del bebé, y luego hablar de ese juguete (nombrarlo, hablar sobre los colores y para qué se usa), los bebés pueden empezar a aprender lenguaje y conceptos. Si tiene un bebé que da vueltas por toda la habitación y solo parece enfocarse en la televisión o en un teléfono, intente resistir la tentación de que esa sea la única forma de tranquilizarlo y que preste atención. Empiece con breves momentos de juego compartido, con un libro o un juguete, cada día, y podrá ir extendiendo lentamente su período de atención con el paso del tiempo.

    • Niños pequeños: Para cuando tienen 1 o 2 años, los niños pequeños se enorgullecen al HACER COSAS con sus habilidades de motricidad fina mejoradas. Los rompecabezas simples, los tableros de encastrar o las rutinas de simulación sencillas (como preparar comida con masa de modelar y dársela a los animales de peluche favoritos) puede mantener la atención de un niño en una actividad durante 15 minutos o más. Es probable que deba dar cierta estructura a su niño, dándole pistas de lo que podrían armar o hacer a continuación, o motivándole a probar algo nuevo a lo que tal vez le huya. Si su niño pequeño es un buscador sensorial, tendrá más éxito con las actividades para jugar sobre la mesa si le ofrecen cierto movimiento (como una cama elástica, un juego de correr para atraparlo o una guerra de cosquillas) antes de sentarse a concentrarse.

    • ​Preescolares: Los períodos de atención empiezan a expandirse alrededor de los 3 o 4 años, pero todavía necesitan la estructura que dan los padres para probar cosas nuevas o mantenerse más tiempo enfocados en una tarea. A esta edad, puede probar más proyectos en varios pasos (como preparar la cena y un postre con masa de modelar), pasar períodos más largos en juegos de simulación (como diseñar y jugar en un consultorio médico simulado), rompecabezas más complicados y juegos de mesa sencillos en los que deba esperar su turno. Al igual que los niños más pequeños, es probable que los buscadores sensoriales en etapa necesiten algo de movimiento motriz antes de sentarse a jugar.

    • Niños escolares: Entre los 5 y los 7 años, el lóbulo frontal y todo su control y planificación de la atención realmente empiezan a alinearse en la mayoría de los niños. Este es un momento ideal para dejar que su hijo planee lo que quiere hacer, tal vez incluso con una lista de verificación visual de los pasos, y lo lleve a cabo. Los juegos de mesa son excelentes para esta edad, en la que los niños son pensadores más basados en reglas y además necesitan ayuda para aprender a ser buenos ganadores y buenos perdedores. Las manualidades de varios pasos o que requieran paciencia y atención a los detalles también son una forma satisfactoria de ver un producto final de todo ese trabajo mental que su hijo ha llevado a cabo.

  • Crear un gran corazón

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    Más que nunca, tenemos que criar a pequeñas personas que sean empáticas y solidarias. En el mundo hay muchos problemas complicados y necesitamos solucionadores de problemas que sean capaces de escucharse y colaborar. Durante la pandemia fue difícil encontrar oportunidades de socializar con otros niños, pero existen otras cosas que los padres pueden hacer para apoyar el desarrollo emocional y social.

    Consejos según cada edad​

    • Bebés y niños pequeños: ¿Cómo se sienten las distintas emociones para los bebés y niños pequeños? Al igual que nosotros, es probable que sientan cambios en su cuerpo, como aumento de la frecuencia cardíaca, tensión de los músculos, sensación rara en el estómago, pero, a diferencia de nosotros, carecen del lenguaje complejo para pensar a través de sus emociones. No obstante, los bebés y los niños pequeños siempre absorben lo que nosotros, los cuidadores, decimos, y por eso vale la pena hablar en voz alta sobre las emociones de un modo que ayude a resolver problemas. Puede dar a su pequeño un vocabulario emocional si nombra lo que le parece que el niño siente cuando se altera; hable sobre cómo va a manejar algo que le frustra y pregúntese en voz alta cómo se sienten las demás personas. Cuanto más se sientan los niños pequeños comprendidos por sus adultos, más podrán entender a otras personas: eso es la empatía.

    • Preescolares: A los niños les encantan los animales de peluche y su relación con su amigo de peluche favorito puede tener varios roles. Le asignan pensamientos mágicos, sentimientos y personalidades; pregunte a su hijo, de vez en cuando, sobre sus peluches favoritos. Pregúntese qué estarán pensando los animales durante una visita simulada al dentista o al conocer a gente nueva (por ejemplo, cuando llega un nuevo juguete a la casa). Puede hacer el mismo tipo de preguntas, desde la perspectiva de otra persona, cuando su preescolar empiece a contarle sobre los amigos que está haciendo en la escuela: ¿cuál es su comida preferida? ¿Y programa de televisión? ¿Cuál es su lugar favorito a donde viajar? ¿Cómo se siente tener distintos tipos de pelo o colores de piel? Algunos niños tal vez no piensen en esto de manera natural (los niños pueden ser muy egocéntricos y eso es normal), por lo que es útil que intente inspirar estos pensamientos empáticos.

    • Niños escolares: Desde kindergarten en adelante, los niños pueden empezar a pensar más en conceptos tales como la amabilidad, las normas y los buenos modales, al igual que en las diferencias como el género, la raza, la cultura y las capacidades. Leer libros o mirar películas sobre distintas experiencias es una gran manera de pensar en cómo se siente la vida para otras personas. Una actividad que puede probar es hablar con su hijo sobre todas las cosas en las que es bueno y sobre las cosas que le cuestan, y también hacerlo con el resto de la familia. Esto puede ayudar a percibir que todos tenemos distintos tipos de mente, y que eso está bien.

Última actualización
7/14/2022
Fuente
Adapted from Melissa & Doug: Our Blog
La información contenida en este sitio web no debe usarse como sustituto al consejo y cuidado médico de su pediatra. Puede haber muchas variaciones en el tratamiento que su pediatra podría recomendar basado en hechos y circunstancias individuales.
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