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Vida sana

El duelo en la infancia: cuándo buscar ayuda adicional

Muchos niños experimentan la muerte de un familiar cercano o un amigo en algún momento de su niñez. Antes de la pandemia de COVID-19, se estimaba que 1 de cada 20 niños lamentaba la muerte de alguno de sus padres antes de los 16 años.

Lamentablemente, estos promedios sin duda aumentarán a medida que continúe la pandemia. De hecho, hasta la redacción de este artículo,más de 140,000 niños menores de 18 años en los Estados Unidos han perdido a un padre o abuelo a causa de COVID.

Si su hijo ha perdido a un ser querido, es posible que se pregunte qué síntomas de duelo puede esperar y qué otros podrían ser motivo de mayor preocupación. Las respuestas varían según la edad de su hijo y lo que considere su comportamiento típico.

Los niños son personas. Y su duelo es personal.

Algunos de los niños quieren hablar de la persona que murió mientras que otros no quieren compartir sus sentimientos en lo absoluto. Como las reacciones al duelo son variadas, es importante no asumir jamás lo que un niño puedo o no estar viviendo. Dígale con claridad que usted está disponible cuando él o ella quiera hablar y si desea hacerlo. Y cuando lo haga, asegúrese de escucharlo.

Piense en lo que es típico de su hijo

Vicki Jay, directora (CEO) de la National Alliance for Grieving Children -en inglés- (Alianza Nacional de Niños Afligidos) exhorta a los padres a pensar en el temperamento individual de su hijo.

"Cuando un comportamiento o un rasgo de la personalidad es diferente a lo que era antes de la pérdida, suele ser una señal de que el niño tiene dificultades con el duelo y podría necesitar cierto apoyo adicional", dijo. Por ejemplo, un niño que suele ser extrovertido podría volverse introvertido y querer estar todo el tiempo solo. Un adolescente que se sabe que es fuerte, independiente y motivado podría parecer ahora que no es capaz de tomar decisiones o completar proyectos.

Señales de que su hijo tal vez necesite ayuda

Según el Center for Loss and Life Transition -en inglés- (Centro Sobre Pérdida y Transiciones de la Vida) las siguientes son señales de que un niño que está de duelo podría beneficiarse de un apoyo adicional:

  • Problemas continuos para dormir o sueño agitado.

  • Baja autoestima o depresión.

  • Fracaso académico constante o falta de interés en las actividades relacionadas con la escuela.

  • Rompimiento de relaciones con familiares y amigos.

  • Conductas relacionadas con la toma de riesgos como consumo de drogas y alcohol, peleas o experimentación sexual.

Nota importante sobre los preadolescentes

Tras la muerte de un ser querido, es importante no pasar por alto las necesidades únicas de los adolescentes y de los preadolescentes.

"A menudo los adultos pasan por alto las ricas vidas interiores de los preadolescentes, ya que los perciben como a niños que no saben nada", advierte Joe Primo, autor de What Do We Tell the Children: Talking to Kids About Death and Dying (Lo que le decimos a los niños: cómo hablar con los niños sobre la muerte y el morir) y director (CEO) de Good Grief, una organización sin fines de lucro que ofrece apoyo en casos de pérdida a niños y familias. "Pero cuando prestamos atención minuciosa a sus preguntas, emociones y el modo en que procesan el duelo, podemos responder mejor a sus necesidades a la vez que aprendemos de su perspectiva".

Algunas maneras de ayudar a los niños de cualquier edad que están atravesando un duelo

Recordar que hay que sanar. A veces los niños temen olvidarse de la persona fallecida. Buscar formas de reconocer y recordar lo valioso de la relación del niño con la persona fallecida es parte del proceso de sanación.

Volver a la rutina habitual. Con frecuencia a los niños les cuesta concentrarse en las tareas escolares tras la pérdida de un ser querido. Pero volver a la escuela y retomar la rutina habitual es importante para la salud de sus niños y podría ayudarlos a avanzar en su proceso de duelo, siempre y cuando reciban suficiente apoyo y adaptaciones. Hable con los maestros de sus hijos y demás personas clave en la escuela sobre cómo podría ser de ayuda el apoyo adicional, como tutorías y cambios temporales en la carga de tareas de la clase.

Hablar con el pediatra. Después de una muerte, los niños suelen preocuparse por su propia salud y la de las demás personas queridas. El estrés de la pérdida puede, además, causar síntomas como dolores de cabeza y problemas estomacales. El profesional de la salud de su hijo puede ayudar a identificar dolencias relacionadas con las enfermedades físicas, la angustia emocional o una combinación de ambas cosas. También puede dirigirlo a recursos comunitarios como grupos de apoyo y campamentos para proceso de duelos.

Prevea los disparadores de la tristeza. La tristeza del duelo puede empeorar ante eventos importantes, como días festivos, y experiencias cotidianas, como por ejemplo escuchar la canción favorita de su ser querido. Ayude a sus hijos a entender que estas experiencias son naturales. Explique que, si bien el duelo puede durar toda la vida, seguirán desarrollando nuevas habilidades para sobrellevar el dolor de la pérdida.

Buscar apoyo

A muchos padres les cuesta encontrar las palabras justas para ayudar a sus hijos a procesar su duelo. Es probable que ellos también estén procesando sus propias emociones. Pero deben saber que no están solos. Si cree que su hijo está teniendo dificultad para salir adelante en el proceso de duelo, o si simplemente tiene preguntas, hay recursos comunitarios que pueden ser útiles. Hable con el pediatra de su hijo y acérquese a consejeros orientadores, clérigos, trabajadores sociales locales y terapeutas para ayudar a su hijo. Deje en claro que buscar ayuda de los demás es un acto de fortaleza.

Información adicional:

Última actualización
12/2/2021
Fuente
American Academy of Pediatrics and Children’s Hospital of Philadelphia (Copyright © 2020)
La información contenida en este sitio web no debe usarse como sustituto al consejo y cuidado médico de su pediatra. Puede haber muchas variaciones en el tratamiento que su pediatra podría recomendar basado en hechos y circunstancias individuales.
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