Por David Hill, MD, FAAP
Los nuevos padres a menudo me preguntan de qué color creo que serán los ojos del bebé. Nunca respondo esa pregunta hasta que el niño tiene por lo menos 1 año de edad; quiero decir, ¿qué pasa si los padres me creen y utilizan mi respuesta para tomar importantes decisiones de vida? Cuando hablamos del color de los ojos, realmente hablamos de la apariencia del iris, el anillo muscular alrededor de la pupila que controla la cantidad de luz que entra al ojo. Después de todo, la pupila siempre será negra, excepto en las fotos con flash y las partes blancas (esclerótica) deberían mantenerse mucho más blancas, aunque la ictericia puede hacer que se tornen amarillas y la inflamación puede hacer que se vean rosadas o rojas.
El color de los ojos cambia con el tiempo
El color de la iris, al igual que el color del cabello y la piel, dependen de una proteína llamada melanina. Tenemos células especializadas en nuestros cuerpos llamadas melanocitos cuyo trabajo es ir alrededor de la melanina que se segrega donde se necesita, incluyendo en el iris. Al pasar el tiempo, si los melanocitos solo segregan un poco de melanina, su bebé tendrá ojos azules. Si segrega un poco más, sus ojos se verán verdes o avellanados. Cuando los melanocitos realmente están ocupados, los ojos se ven marrones (el color de ojos más común) y en algunos casos pueden parecer muy oscuros.
Debido a que toma alrededor de un año para que los melanocitos terminen su trabajo, puede ser un riesgo decir el color de los ojos antes de que el bebé cumpla su primer año. El cambio de color se detiene después de los primeros 6 meses de vida, pero puede ser que les falte cambiar mucho a ese punto.
El color de los ojos es una propiedad genética, pero no es un asunto tan preestablecido como podría haberlo aprendido en la clase de biología.
Dos padres de ojos azules tienen más probabilidad de tener un hijo de ojos azules, pero esto no siempre sucede.
Dos padres de ojos café tienen más probabilidad (pero no está garantizado) de tener un hijo de ojos café.
Si usted nota que uno de los abuelos tiene ojos azules, las probabilidades de tener un bebé de ojos azules aumentan un poco.
Si uno de los padres tiene ojos café y el otro tiene ojos azules, las probabilidades son casi las mismas respecto al color de los ojos.
Si su hijo tiene un ojo café y un ojo azul, consúltelo con su médico; posiblemente tiene una rara condición genética llamada síndrome de Waardenburg.
¿Estrabismo?
Además, los padres a menudo notan que los ojos de sus bebés recién nacidos parecen bizcos de vez en cuando. En los primeros 6 meses de vida esto puede ser normal. Para empezar, para ver algo el cerebro tiene que saber a dónde dirigir los ojos. En las primeras 2 a 4 semanas de vida, la mayor parte del tiempo, la visión no es suficientemente exacta para que los ojos del bebé encuentren un objetivo. Los padres a menudo sienten que sus recién nacidos los pasan por alto en vez de verlos, porque son ellos. Sin embargo, a la cuarta semana de vida, su bebé enfocará la mirada en su cara mientras lo arrulla.
La mayor parte del desarrollo de la vista ocurre en el cerebro, no en los ojos. Uno de los desafíos más grandes para el cerebro en desarrollo es coordinar las señales visuales de un lado al otro. Las señales nerviosas de los ojos viajan a través de los nervios ópticos y se dividen a ambos lados del cerebro. Para que estas señales sean lógicas, los 2 lados del cerebro tienen que cooperar, comparando información y coordinando los movimientos de los ojos en la dirección deseada. Puede que hasta los 2 meses de edad note que su bebé sigue un poco su cara o un juguete, luego lo pierde a medida que cruza de un lado al otro. Sin embargo, a los 2 meses, debería poder seguir de derecha a izquierda y regresar de nuevo.
El próximo gran logro de la vista ocurrirá a los 6 meses de edad. En este momento los 2 lados del cerebro funcionan bien entre sí. Hasta este momento los ojos siguen juntos los objetos siempre que ambos tengan algo que ver, pero si se priva a uno de la entrada (si un gorro lo cubre, por ejemplo), este puede desviarse a su propia dirección. A los 6 meses de edad los ojos deberían continuar viendo hacia la misma dirección aún cuando uno de ellos esté cubierto temporalmente. En la clínica hacemos estas pruebas al cubrir 1 ojo por 3 segundos, a continuación, lo descubrimos repentinamente y observamos si aún está coordinado con el otro ojo. A esta prueba la llamamos la prueba de cubrir y descubrir.
Algunas veces la forma de la cara de un niño hace que se vea como si los ojos son bizcos, aún cuando no lo son. Un niño con un puente nasal amplio puede parecer que tiene un ojo viendo hacia dentro, cuando en realidad solo está viendo hacia un lado. Puede comprobar esto al observar el reflejo de luz en los ojos de su hijo que proviene de una ventana o lámpara; si este cae en el mismo lugar en cada ojo, los ojos están trabajando coordinadamente.
El ojo vago o perezozo (ambliopía)
Sin embargo, aún con la prueba de detección de rutina, no siempre captamos que un ojo tiende a desviarse. Las desviaciones ocurren más a menudo cuando el niño está cansado. Si nota que su hijo mayor de 6 meses de edad tiene un ojo que no siempre ve a la misma dirección que el otro ojo, informe a su médico. Es importante que un especialista de los ojos (oftalmólogo) examine al niño. Lo que algunas personas llaman un ojo vago (ambliopía) puede ser un signo de que un ojo no ve tan claro como el otro. Cuando se obliga al cerebro a hacer 1 imagen de 2 entradas muy diferentes, empieza a ignorar las señales del ojo con más daño. Al pasar el tiempo, este proceso es irreversible, lo que produce ceguera parcial en el ojo más débil. En la mayoría de los casos, debe tratar el problema antes de que el niño cumpla 3 años para asegurarse de que crecerá con una percepción profunda normal. Los tratamientos para la ambliopía varían según la causa y la gravedad de la condición. Algunos niños necesitan anteojos o parches que obliguen al cerebro a prestar atención a las señales del ojo más débil. Otros niños necesitan cirugía para acortar o alargar determinados músculos que controlan el movimiento de los ojos.
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Sobre el Dr. Hill
David Hill, MD, FAAP, es autor de Dad to Dad: Parenting Like a Pro, publicado por la American Academy of Pediatrics (AAP). El Dr. Hill también es coanfitrión del podcast insignia de la AAP, Pediatrics on Call, y expresidente del Consejo de Comunicaciones y Medios de la AAP. Practica pediatría en el condado de Wayne, Carolina del Norte.