Es normal que los niños y adolescentes se sientan deprimidos a veces. Cuando los niños experimentan un evento difícil, como la pérdida de un ser querido, por ejemplo, pueden sentir dolor o tristeza profunda. Durante un tiempo, es posible que no puedan sentirse felices incluso cuando hacen las cosas que generalmente disfrutan. Sin embargo, es normal que el
dolor disminuya con el tiempo.
La depresión no es lo mismo que la tristeza o el dolor
La depresión es un trastorno del estado de ánimo que hace que la tristeza y los síntomas relacionados sean más intensos o duren más de lo habitual después de un evento difícil. La depresión también puede ocurrir sin un evento desencadenante. Los niños pueden tener depresión si sus síntomas, que pueden incluir tristeza, ocurren todos los días durante más de 2 semanas.
Es posible que los niños y adolescentes no siempre sepan cómo describir lo que sienten o traten de evitar hablar de ello. Los niños mayores y los adolescentes pueden intentar ocultar sus sentimientos porque no quieren molestar a los demás, por ejemplo. Sin embargo, hay algunos signos comunes que puede notar de la depresión. Cualquiera de estos signos puede ocurrir en niños que no están deprimidos, pero si se observan juntos, casi todos los días, son señales de alarma de la depresión.
Los dos signos más comunes de la depresión en niños y adolescentes
Parecen más tristes e irritables de lo habitual, de mal humor durante la mayor parte del día
Ya no disfrutan de las actividades que solían hacerlos felices
Otros signos y síntomas comunes de la depresión
Niños y adolescentes de todas las edades:
Pasan más tiempo a solas y menos tiempo con amigos
Tienen problemas para dormir o permanecer dormido, o duermen más de lo habitual
Tienen más problemas para concentrarse o tomar decisiones
Tienen dificultades o reprueban en la escuela
Presentan un cambio notable en el peso o la alimentación, ya sea un aumento o una disminución
Hablan menos y hacen menos contacto visual de lo habitual
Pasan más tiempo usando
las pantallas
Tienen menos energía o motivación de lo habitual incluso para tareas simples
Lloran con más frecuencia o mencionan sentirse tristes, sin valor o culpables por las cosas
Entre jóvenes y adolescentes:
¿Cuán común es la depresión en los jóvenes?
La depresión es uno de los trastornos más comunes en los Estados Unidos, y las tasas entre los niños y adolescentes han aumentado en los últimos años. Tanto como 1 de cada 5 adolescentes tiene depresión en algún momento durante su adolescencia. Cada año, aproximadamente 1 de cada 11 adolescentes tiene un episodio de depresión mayor.
Los expertos estiman que entre el 2 % y el 3 % de los niños de 3 a 11 años tienen depresión. Aunque no es común, a niños de tan solo 3 años se les ha diagnosticado depresión. La depresión en un niño pequeño es muy preocupante y puede tener consecuencias más graves.
¿Existen diferentes tipos de depresión?
Trastorno depresivo mayor
Un médico u otro profesional de la salud mental certificado diagnostica un trastorno depresivo mayor cuando al menos cinco síntomas de depresión duran más de 2 semanas, la mayoría de los días. Aunque el trastorno depresivo mayor puede ser leve, moderado o grave, todos los niños con trastorno depresivo mayor suelen tener dificultades para afrontar la vida cotidiana.
Trastorno depresivo persistente
Este tipo de depresión es menos grave, y los niños que la padecen pueden ser capaces de llevar a cabo sus actividades. Sin embargo, no están en su mejor momento y con frecuencia se sienten deprimidos. Por lo general, un médico diagnostica un trastorno depresivo persistente cuando los síntomas duran más de un año. Un niño con trastorno depresivo persistente también puede tener un episodio de depresión mayor al mismo tiempo.
¿Qué puedo hacer si mi hijo parece deprimido?
Hable con su hijo
Es importante que hable sinceramente con su hijo sobre lo que siente. Anímelo a compartir sus sentimientos y escúchelo sin juzgar. Con frecuencia, los niños o adolescentes no mencionan el tema de sus sentimientos, pero pueden responder con honestidad si se les pregunta directamente. Independientemente de lo que diga su hijo, si nota signos de depresión durante más de dos semanas, hable con el médico de su hijo.
Obtención de ayuda:
El médico de su hijo puede ayudarlo a determinar si su hijo está deprimido. Cuenta con cuestionarios y técnicas específicos para las formas apropiadas para la edad de hablar con los niños y adolescentes sobre los sentimientos de tristeza. De hecho, muchos pacientes se someten a pruebas de detección de la depresión cada año desde los 12 hasta los 21 años, y el suicidio es ahora una de las principales causas de muerte entre los adolescentes. Si su hijo tiene depresión, el médico puede proporcionarle tratamiento o derivar a su familia a un especialista en salud mental para
recibir tratamiento.
Apoye a su hijo
Aunque el tratamiento de la depresión funciona, puede demorar algunas semanas. Su hijo puede desanimarse si no se siente mejor de inmediato. Asegúrese de que siga el plan de tratamiento, asista a la terapia y tome los medicamentos recetados según las indicaciones. Mientras tanto, hay cosas que usted puede hacer en el hogar para apoyarlo:
Infórmese a sí mismo, a otros cuidadores y a otros miembros de la familia. Un niño que se siente deprimido no está inventando los síntomas. Lo que podría parecer pereza o irritabilidad es un síntoma de depresión.
Hágale saber a su hijo que los sentimientos de desesperanza son un síntoma de la depresión y no son una imagen precisa de la realidad.
Concéntrese en las fortalezas de su hijo, en lugar de en las áreas que necesita mejorar, y brinde aliento verbal. Ayude a su hijo a ver los problemas de una manera diferente y más positiva.
Ayude a su hijo a relajarse y a realizar actividades físicas, creativas, enriquecedoras y significativas. Anímelo a hacer una cantidad saludable de ejercicio, dormir y comer alimentos nutritivos, lo que puede ayudar a mejorar el estado de ánimo.
Si bien la socialización es útil, limite el tiempo frente a las pantallas destinado a actividades "sociales". La comunicación a través de mensajes de texto o
redes sociales no sustituye el tiempo cara a cara con amigos o familiares en persona; en realidad, puede hacer que su hijo se sienta más aislado de los demás.
Planificación de la seguridad y prevención del suicidio
Puede ser muy aterrador incluso pensar en que su hijo se lastime a sí mismo. Pero si se siente deprimido, tome medidas adicionales para ayudar a que su hogar sea un lugar seguro. Retire las
pistolas y otras armas, el alcohol, los medicamentos y los productos químicos nocivos del hogar. Si no puedes quitar estos artículos, guárdelos de forma segura (por ejemplo, en una caja de seguridad). Otros pasos:
Identifique señales de advertencia/desencadenantes. Su hijo debe escribir los pensamientos o las situaciones que generalmente lo llevan a tener pensamientos
suicidas. También puede enumerar cosas que puede hacer, cuando se siente deprimido o piensa en suicidarse, para ayudarlo a sentirse mejor.
Haga una lista de las personas, y sus números de teléfono que pueden ayudar cuando su hijo está bajo estrés o experimenta las señales de advertencia en el paso 1. Esto puede incluir familiares y amigos y su terapeuta o médico. Además, agregue la Línea Nacional de Prevención del Suicidio y llame al 1-800-273-TALK (8255) y la Línea de Mensajes de Texto En Caso de Crisis (envíe HOME al 741741 para comunicarse con un consejero capacitado). Puede pedirle al médico de su hijo o adolescente un
plan de seguridad que pueda completar.
Recuerde
No dude en
hablar con el pediatra de su hijo si tiene preguntas o preocupaciones sobre su salud mental.
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