Lidiar con el
eccema (dermatitis atópica) a veces puede ser un desafío para niños y adolescentes. Es importante que sepan que no están solos. A continuación, se mencionan maneras para apoyar a niños con eccema y ayudarlos a adquirir estrategias para desarrollar confianza y resiliencia.
Escuchar y mostrar comprensión
Una de las cosas más importantes que puede hacer como padre o madre es
escuchar. En lugar de apurarse en contestar o resolver el problema de su hijo, simplemente escúchelo y muéstrele que lo comprende.
Es importante ofrecerle a su hijo un espacio para que pueda expresarse. Un canal de comunicación abierto puede evitar que su hijo reprima sus sentimientos y
pensamientos negativos sobre sí mismo.
Concentrarse en lo positivo
Al mismo tiempo, ayude a su hijo a entender que no todo en la vida gira alrededor del eccema. Piense en lo que le dice y en cómo se lo dice.
Ejemplifique habilidades positivas de afrontamiento enfocándose más en otros aspectos de su hijo, como sus talentos o pasatiempos.
(También consulte "Estrés y eccema: cómo ayudar a los niños a lidiar con la picazón").
Ayude a su hijo a descubrir sus fortalezas y a convertirse en una persona segura y polifacética. Recuerde que su actitud y comportamiento diario influyen mucho en la formación de la actitud y el comportamiento de su hijo.
Preparar a su hijo con respuestas
Es lógico que los niños hagan preguntas sobre algo que no entienden. Prepare a su hijo para responder preguntas que otros puedan hacerle sobre el eccema. Ayúdelo a elaborar una frase sencilla para explicar su afección.
Por ejemplo, puede decir:
"El eccema es como una alergia que hace que la piel se seque y pique. No es contagioso".
Cuando los niños están preparados y tienen algo para decir, pueden responder con seguridad y eficacia. Para aumentar la confianza de su hijo, puede practicar conversaciones interpretando diferentes roles. Los niños pequeños suelen responder de manera más positiva y empática una vez que están informados.
Prepararse para hablar del acoso
Pregúntele a su hijo directamente si ha sido víctima de
acoso, ya que es posible que no lo cuente espontáneamente. Hágale saber que el acoso no es su culpa.
Si su hijo es víctima de acoso por parte de
otros compañeros, estimúlelo a que se haga amigo de otros niños. Apoye las actividades que le interesen a su hijo.
Participar en actividades como deportes en equipo, grupos de música o clubes sociales, puede ayudar a su hijo a desarrollar nuevas habilidades y destrezas sociales. Cuando los niños se sienten bien sobre la manera en que se relacionan con los demás, es menos probable que los molesten.
Hable sobre cuándo y cómo pedir ayuda. Avise a las autoridades de la escuela sobre los problemas y trabaje con ellos para encontrar soluciones. Dado que el acoso a menudo ocurre fuera del aula, hable con el director, el consejero escolar o los supervisores del patio de recreo, así como con los maestros de su hijo. Anote cualquier evento de acoso, incluido el
ciberacoso, y notifíqueselo a la escuela de su hijo. Al saber cuándo y dónde ocurre el acoso, usted y su hijo pueden planificar mejor qué hacer si vuelve a ocurrir.
Buscar y aceptar la ayuda de los demás
Para muchos niños, sobrellevar el eccema es un proceso a largo plazo. Si su hijo necesita
apoyo para su salud mental, la escuela o el médico pueden derivarlo a un consejero o terapeuta profesional. Un
profesional autorizado puede brindar apoyo constante y técnicas para sobrellevar el problema tanto a su hijo como a su familia.
Su hijo podría beneficiarse al relacionarse con otros niños que también padecen eccema. Para algunos adolescentes, conectarse con otras personas que conviven con eccema y se sienten seguros de sí mismos puede ayudarlos a fortalecer la confianza personal. Relacionarse con otros niños con eccema en un grupo de apoyo puede reducir en gran medida el sentimiento de aislamiento.
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