A diferencia del eczema u otras afecciones alérgicas de la piel, el impétigo es una infección contagiosa de la piel ocasionada por una bacteria (estreptococo o estafilococo). Estas bacterias ingresan en la piel a través de un rasguño, una pequeña cortada o una picadura de insecto. Ocasionan irritación local y protuberancias rojas que se desarrollan en pequeñas ampollas llenas de pus. Con el tiempo, estas ampollas tienden a romperse, volviéndose costras o cortezas suaves de color café amarillento.
Para los niños en la escuela media, el impétigo generalmente no es una enfermedad seria, aunque es posible que sea desagradable e incómoda. Sin embargo, en raras ocasiones, pueden ocasionar complicaciones, incluso un serio trastorno del riñón denominado glomerulonefritis. Cuando se trata apropiadamente, la infección generalmente cicatriza en aproximadamente una semana.
Para deshacerse de la bacteria que vive detrás de las costras, es posible que su pediatra sugiera que retire esas costras después de ablandarlas primero. Sumerja las costras en agua caliente, o use una toalla húmeda tibia limpia, de diez a quince minutos, cuatro veces al día, después lave con un jabón suave. No frote, ya que quitar las costras frotando puede ser doloroso. Una vez que se hayan caído las costras, se debe aplicar una pomada con antibiótico en el área varias veces al día. En infecciones particularmente problemáticas o endémicas, es posible que su médico recete un antibiótico oral también.
Debido a que el impétigo es contagioso, la epidemia de este problema de la piel algunas veces ocurre en las escuelas y dentro de las familias. Mantenga a su hijo infectado en casa hasta que haya estado bajo tratamiento durante un día.