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Problemas de salud

Virus respiratorio sincitial (VRS): cuando el problema es más que un simple resfriado

Por Mary Caserta, MD, FAAP, y Andrea Jones, MD, FAAP

Casi todos los niños contraen el virus respiratorio sincitial (VRS) al menos una vez antes de los 2 años. Para la mayoría de los niños sanos, el VRS es como un resfriado. Pero algunos niños se enferman gravemente con VRS.

Si es padre de un bebé o un niño pequeño, es posible que tenga preguntas sobre el VRS y cómo prevenirlo. Siga leyendo para aprender más.

¿Qué es el virus respiratorio sincitial o VRS?

El virus respiratorio sincitial o VRS es uno de los muchos virus que causan enfermedades respiratorias. Se propaga como el virus del resfriado de persona a persona. Entra al cuerpo a través de la nariz o los ojos, generalmente por contacto con saliva infectada, mucosidad o secreción nasal.

Este virus generalmente se presenta a fines del otoño hasta principios de los meses de la primavera. El período puede variar en algunas partes de los EE. UU.

El VRS es la causa más común de hospitalización en niños menores de 1 año. Dos o tres de cada 100 bebés con infección por VRS pueden requerir hospitalización. Esos bebés pueden necesitar oxígeno para ayudarlos a respirar o fluidos intravenosos si no comen ni beben. La mayoría de estos niños mejoran y pueden irse a casa después de unos días.

Nuevas formas de proteger a los bebés del VRS

Existen en los EE. UU. dos nuevas formas de proteger a los bebés de enfermedades graves durante la temporada del VRS. Puede elegir recibir la vacuna contra el VRS durante el embarazo (recomendación de los CDC en inglés) o su bebé puede recibir la vacuna después de nacer. Es probable que la mayoría de los bebés sólo necesiten protección de la vacuna materna contra el VRS o de la vacunación infantil, pero no de ambas.

Vacuna contra el VRS durante el embarazo

Las embarazadas pueden recibir la vacuna RSVpreF (en inglés) entre las semanas 32 y 36 de embarazo si su bebé nacerá durante la temporada de VRS. La vacuna reduce el riesgo de hospitalización por VRS en los bebés en un 57% durante los primeros seis meses después del nacimiento.

Vacuna contra el VRS para bebés

Para los bebés y algunos niños pequeños, se puede administrar una vacuna contra el VRS llamada nirsevimab en forma de inyección y puede incluirse con o entre las vacunas de rutina de su bebé. Se ha demostrado que nirsevimab reduce en aproximadamente un 80% el riesgo de hospitalizaciones y visitas de atención médica relacionadas con el VRS en bebés.

Esta vacuna funciona de manera un poco diferente a otras vacunas. Proporciona anticuerpos que comienzan a actuar para proteger a los bebés de inmediato. La protección dura lo que dura una temporada típica de RSV.


¿Qué ocurre con palivizmab?

Para algunos niños, existe otro producto llamado palivizumab que se administra en forma de inyección una vez al mes durante la temporada del VRS. Es para niños menores de 24 meses con ciertas condiciones que los colocan en alto riesgo de contraer VRS grave.

Los niños que reciben nirsevimab no deben recibir palivizumab. Sin embargo, si su hijo no recibió todas las dosis de palivizumab, puede ser elegible para recibir nirsevimab. Los niños que recibieron palivizumab en su primera temporada pueden recibir nirsevimab en su segunda temporada si son elegibles.

Síntomas de VRS en bebés

Típicamente, el VRS causa un resfriado que puede ir seguido de bronquiolitis o neumonía. Los síntomas del VRS suelen ser peores entre los días 3 y 5 de la enfermedad. Los síntomas generalmente duran un promedio de 7 a 14 días.

Resfriado: infección en las vías respiratorias altas

Bronquiolitis: infección de las vías respiratorias inferiores

Ejemplos de algunos síntomas del resfriado:

  • Fiebre: temperatura de 100,4°F (38°C) o más

  • Tos (que puede sonar seca o con flema)

  • Congestión nasal

  • Estornudos

  • Goteo nasal

  • Irritabilidad

  • Falta de apetito, come menos

Presenta algunos síntomas del resfriado, más:

  • Respiración agitada

  • Aleteo nasal y balanceo vertical de la cabeza al respirar

  • Gruñidos rítmicos al respirar (mire el video con un ejemplo más abajo)

  • Respiración con el estómago, tirones entre las costillas o en la parte inferior del cuello (mire el video con un ejemplo más abajo)

  • Sibilancias

¿Su bebé tiene dificultad para respirar?: identifique los síntomas

Las contracciones de la pared torácica ocurren cuando un bebé tiene que usar los músculos entre las costillas o el cuello para respirar. Esta es una señal de que al bebé le está costando respirar más de lo normal.

Observe la caja torácica de su hijo cuando inhala. Si ve que se "hunde" y que se forma una "V" dada vuelta en la base del cuello, entonces está haciendo demasiado esfuerzo.


Llame al pediatra inmediatamente si su hijo tiene:

  • Síntomas de bronquiolitis (mencionados anteriormente)

  • Síntomas de deshidratación (menos de 1 pañal mojado cada 8 horas)

  • Pausas en la respiración o dificultad para respirar

  • Color grisáceo o morado en la lengua, los labios o la piel

  • Disminución importante de los niveles de actividad y alerta

Algunos niños con VRS podrían correr un mayor riesgo de desarrollar una infección bacteriana, como por ejemplo una infección de oídos. Llame al médico si su hijo tiene:

  • Síntomas que empeoran o que no empiezan a mejorar después de 7 días

  • Fiebre y tiene menos de 3 meses (12 semanas) y una temperatura rectal de 100,4°F (38°C) o más

  • Fiebre que sube a más de 104°F (40°C) en reiteradas ocasiones, en niños de cualquier edad

  • Sueño deficiente o inquieto, dolor en el pecho, jalones de orejas o secreciones de los oídos


¿Cómo diagnostican los médicos el VRS?

Los pediatras diagnostican a los niños un resfriado o una bronquiolitis haciendo preguntas sobre los síntomas y haciendo un examen físico. Su pediatra podría indicarle hacer una prueba de hisopado nasal para determinar si su hijo tiene VRS u otro virus. También es posible hacer una radiografía de tórax o una prueba de saturación de oxígeno para controlar la congestión pulmonar. Como la mayoría de los niños se recuperan sin dificultad, y como no hay un tratamiento para el VRS, por lo general no es necesario hacer estas pruebas.

Qué puede hacer para ayudar a su hijo con un VRS leve a sentirse mejor

No existe un tratamiento específico para el VRS y los medicamentos, como los esteroides y los antibióticos, no ayudan con el VRS.

Para ayudar a que su hijo se sienta más cómodo, empiece por hacer lo que haría en caso de cualquier resfriado fuerte:

  • Solución salina nasal y succión suave para permitirle respirar y comer mejor

  • Humidificador de bruma fresca (vapor) para ayudar a ablandar los mocos y permitirle respirar mejor

  • Líquidos y alimentos frecuentes. Asegúrese de que su hijo se mantenga hidratado. Los bebés con un resfriado común podrían comer más lentamente o no tener ganas de comer porque les cuesta respirar. Pruebe despejarle con succión la nariz al bebé antes de intentar darle el pecho o el biberón. No es necesario ofrecer agua ni fórmula complementarias a los bebés amamantados. Si al bebé le cuesta alimentarse en el pecho, tiene la opción de sacarse leche del pecho y dársela en un biberón.

  • Acetaminofeno o ibuprofeno (si tiene más de 6 meses) como ayuda para bajar la fiebre de pocos grados. Evite siempre la aspirina y los medicamentos para la tos y el resfrío.

Tenga en cuenta que los niños y los adultos pueden contraer el VRS varias veces, incluso durante una sola temporada. A menudo, sin embargo, las infecciones repetidas son menos graves que la primera.

Otras cosas que pueden ayudar a prevenir el VRS

  • Esté al día con el calendario de vacunación. Mantenga a sus hijos al día con sus vacunas y obtenga las vacunas anuales contra la gripe y el COVID para toda la familia. Los adultos mayores de 60 años pueden recibir la vacuna contra el VRS. Y vacunarse con la vacuna Tdap, para protegerse contra la tosferina, es especialmente importante para los adultos que están cerca de bebés.

  • Limite la exposición de su bebé a aglomeraciones, a otros niños y a personas resfriadas. No mande a sus hijos a la escuela ni a la guardería cuando estén enfermos y enséñeles a cubrirse la boca y la nariz al toser y estornudar.

  • Lávese las manos. Tal como lo haría para prevenir los gérmenes en cualquier momento, use agua y jabón y frote durante al menos 20 segundos. Recuerde a los niños que practiquen una buena higiene de manos durante todo el año.

  • Elimine los gérmenes. Desinfecte regularmente los objetos y superficies de su hogar y evite exponer a su hijo al humo de tabaco u otras sustancias.

  • Alimente a su bebé con leche materna. Tiene anticuerpos únicos para evitar y combatir infecciones.

¡La medicina siempre avanza! Los científicos continúan explorando nuevas opciones para prevenir y tratar el VRS. Mientras tanto, tenga la seguridad de que la mayoría de las personas se recuperan bien del VRS.

Información adicional:

Acerca de la Dra. Caserta

Mary T. Caserta, MD, FAAP, es profesora de Pediatría en Enfermedades Infecciosas en el Centro Médico de la Universidad de Rochester (URMC) en Nueva York. Sus primeras investigaciones se centraron en la investigación del virus del herpes humano. Recientemente, su investigación se ha centrado en las enfermedades respiratorias virales. Durante más de 10 años, también ha realizado ensayos clínicos, incluido el tratamiento de la infección congénita por CMV. La Dra. Caserta es miembro de la Sociedad de Enfermedades Infecciosas de América y miembro de la Sociedad de Identificación Pediátrica. El Dr. Caserta es miembro del Comité de Enfermedades Infecciosas de la American Academy of Pediatrics.

Sobre la Dra. Jones:

Andrea N Jones, MD, FAAP es médico pediatra general certificada. Es profesora adjunta del Departamento de Pediatría de la Facultad de Medicina y Salud Pública de la Universidad de Wisconsin. La Dra. Jones es miembro de la Sección de Wisconsin de la American Academy of Pediatrics (AAP).


Última actualización
1/9/2024
Fuente
American Academy of Pediatrics Committee on Infectious Diseases (Copyright © 2023)
La información contenida en este sitio web no debe usarse como sustituto al consejo y cuidado médico de su pediatra. Puede haber muchas variaciones en el tratamiento que su pediatra podría recomendar basado en hechos y circunstancias individuales.
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