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Problemas de salud

Esquizofrenia en niños, adolescentes y adultos jóvenes

​La esquizofrenia es un trastorno de salud mental crónico que afecta a la forma en que una persona siente, piensa y se comporta. La afección hace que las personas vayan y vengan entre la realidad y sus percepciones distorsionadas de la realidad. El tratamiento temprano es crucial para ayudar a los niños y adolescentes con esquizofrenia a dar lo mejor de sí mismos en la escuela o el trabajo y en sus relaciones con los demás.

¿A qué edad se suele desarrollar la esquizofrenia?

La esquizofrenia generalmente se diagnostica entre los últimos años de la adolescencia y alrededor de los 30 años. Cuando se diagnostica a los adolescentes antes de los 18 años, se denomina esquizofrenia de inicio temprano. Los niños menores de 13 años también pueden desarrollar esquizofrenia, conocida como esquizofrenia de inicio en la infancia, pero esto es muy poco común.

La esquizofrenia tiende a aparecer antes en los hombres que en las mujeres. En el caso de los hombres, suele ser entre los 18 y los 25 años y en las mujeres, entre los 25 y los 35 años.

Signos y síntomas de la esquizofrenia

Signos tempranos

Cuando comienza la esquizofrenia, puede notar problemas como los siguientes:

Pensamiento

  • Pensamientos y habla confusos

  • Dificultad para concentrarse

  • Ideas, pensamientos o declaraciones extraños

  • No ser capaz de distinguir entre la realidad y la televisión o los sueños

Emociones

  • Mal humor excesivo

  • Depresión o irritabilidad severas

  • Pensamientos suicidas

  • Falta de emoción

  • Ansiedad y miedo paralizantes

  • Sospecha extrema de los demás

Comportamiento

  • Tener nuevos problemas en la escuela

  • Alejarse de la familia y los amigos

  • Aumento del aislamiento

  • Comportamiento inmaduro

  • Cambios notables en la personalidad o el comportamiento

  • Problemas con amigos o compañeros

  • No mantener la higiene personal

Signos posteriores

A medida que los niños y adolescentes con esquizofrenia crecen, sus signos y síntomas se parecen más a los que experimentan los adultos. Estos pueden incluir:

Síntomas psicóticos

Cuando los casos de esquizofrenia cambian a una realidad alterada, esto se denomina psicosis. Los períodos de psicosis también se conocen como episodios psicóticos. Durante un episodio psicótico, es posible que una persona no pueda distinguir entre qué es real y qué no. Pueden oír o ver cosas que no son reales (alucinaciones). Pueden tener creencias o temores que no son ciertos (delirios). Sus pensamientos pueden estar desorganizados, su habla puede no tener sentido y pueden comportarse de manera extraña. Los niños y los adolescentes son más propensos a tener alucinaciones visuales y menos propensos a tener delirios que los adultos.

Síntomas negativos

  • Síntomas negativos significa que su hijo no se está comportando normalmente. Algunos ejemplos:

  • Falta de motivación

  • Una evidente disminución de la higiene personal

  • Evitar personas y actividades

  • Pérdida del disfrute

  • Ausencia del contacto visual, sin cambios en las expresiones faciales, o hablar en un tono monótono

Cambios de comportamiento

  • Puede notar diferencias en el comportamiento de su hijo, como por ejemplo:

  • Comportamiento impredecible

  • Dificultad para completar tareas o cumplir objetivos

  • No responde a los demás

  • Se mueve demasiado

  • Postura inusual

Síntomas cognitivos

Algunas personas experimentan síntomas cognitivos (de pensamiento) graves, mientras que otras no los notan tanto. Estos síntomas pueden incluir:

  • Problemas de concentración

  • Problemas de atención y memoria

  • Dificultad para procesar y utilizar la información

¿Qué causa la esquizofrenia?

Nadie sabe qué causa la esquizofrenia. Los expertos creen que se desarrolla a partir de una combinación de factores, incluidos la genética, el entorno y la química del cerebro.

¿Cómo se diagnostica la esquizofrenia?

Su pediatra puede ser el primer proveedor de atención médica que consulte si le preocupa que su hijo tenga esquizofrenia. Pueden descartar otras causas de los síntomas de su hijo, como otra enfermedad mental, una afección médica o el consumo de drogas o alcohol.

Tenga en cuenta que diagnosticar esquizofrenia puede ser un proceso largo, especialmente en niños y adolescentes. Antes de hacer un diagnóstico de esquizofrenia, es importante que su médico esté totalmente seguro de que no esté sucediendo alguna otra cosa.

¿Cómo se trata la esquizofrenia?

Si a su hijo se le diagnostica esquizofrenia, necesitará tratamiento por el resto de su vida. Un psiquiatra infantil con experiencia en el tratamiento de niños con esquizofrenia probablemente estará a cargo del cuidado de su hijo. Seguramente también habrá otros miembros del equipo, tales como enfermeros y terapeutas.

Los tratamientos para la esquizofrenia incluyen:

Medicamentos

Los medicamentos antipsicóticos son la base del tratamiento para niños y adolescentes con esquizofrenia. Estos medicamentos son del mismo tipo que se utilizan para los adultos con esquizofrenia. Ayudan con síntomas psicóticos tales como alucinaciones y delirios.

Como todos los medicamentos, el objetivo es mantener los síntomas de su hijo al mínimo utilizando la dosis más baja posible del medicamento. Su médico puede tardar un tiempo en determinar qué medicamento (o combinación de medicamentos) funciona mejor y en qué dosis. Es posible que su hijo también necesite otros medicamentos, como ansiolíticos o antidepresivos.

Los antipsicóticos tienen posibles efectos secundarios y riesgos para la salud. Los efectos secundarios en niños y adolescentes pueden ser diferentes y más graves que en los adultos. Su médico controlará los efectos secundarios de ciertos medicamentos. Lleve un registro de los efectos secundarios que observe e informe a su médico si son graves o no desaparecen.

Terapia cognitivo-conductual (CBT)

La psicoterapia, también conocida como terapia de conversación, es otra parte fundamental del tratamiento de su hijo. Un tipo de terapia que es buena para tratar la esquizofrenia es la terapia cognitivo-conductual (cognitive behavioral therapy, CBT). Puede ayudar a su hijo a sobrellevar las alucinaciones y los delirios, así como también a trabajar en los comportamientos. También le ayuda a aprender a manejar los desafíos y el estrés que puede generar la esquizofrenia.

Otros tratamientos psicosociales

Existen otros tratamientos que también pueden mejorar la vida de su hijo. Por ejemplo, la terapia familiar puede estimular la comunicación de su familia y ayudarle a aprender más sobre lo que está enfrentando su hijo.

El entrenamiento en habilidades sociales puede ayudar a su hijo a desarrollar habilidades para relacionarse y mejorar sus problemas de memoria y atención.

Su hijo también puede beneficiarse de los servicios de educación especial en la escuela. Esto puede ser en forma de un 504 o un programa de educación individualizada (individualized education program, IEP). Un programa federal llamado Empleo sustentado puede ayudar a su hijo a conseguir y mantener un trabajo.

Hospitalización

Puede haber ocasiones en las que su hijo necesite ser hospitalizado para evitar que se ponga en peligro a sí mismo o a los demás. Esto puede suceder cuando sus síntomas son graves y necesita cuidados adicionales y un lugar seguro. Una vez que los síntomas de su hijo estén mejor controlados, podrá volver a casa. También puede buscar programas de hospitalización parcial o de tratamiento residencial.

Recuerde

La intervención temprana puede mejorar enormemente los síntomas de un niño o adolescente con esquizofrenia. Si no se trata, la esquizofrenia puede causar problemas graves de comportamiento, emocionales y de salud. Si cree que su hijo tiene signos o síntomas de esquizofrenia, asegúrese de hablar con su pediatra.

Última actualización
8/17/2021
Fuente
American Academy of Pediatrics Committee on Adolescence (Copyright © 2021)
La información contenida en este sitio web no debe usarse como sustituto al consejo y cuidado médico de su pediatra. Puede haber muchas variaciones en el tratamiento que su pediatra podría recomendar basado en hechos y circunstancias individuales.
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