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Problemas de salud

Evadir la escuela: consejos para padres preocupados

​La evasión de la escuela, a veces llamada rechazo a la escuela o fobia a la escuela, no es poco común entre los niños y ocurre en tanto como el 5 % de los niños. Estos niños podrían directamente negarse a ir a la escuela o inventar motivos por los que no deberían ir. 

Es posible que falten mucho a la escuela y que se quejen de no sentirse bien con síntomas poco específicos e inexplicables. Muchos de estos niños tienen síntomas relacionados con la ansiedad sobre los cuales no tienen un control consciente. Tal vez tengan dolores de cabeza, dolores de estómago, hiperventilación, náuseas o mareos. En general, es poco frecuente que existan síntomas más específicos como vómitos, diarrea, fiebre o pérdida de peso, que probablemente tengan un origen físico. 

Los síntomas de evasión de la escuela ocurren con más frecuencia los días de clase y por lo general no se presentan los fines de semana. Cuando un médico examina a estos niños, no puede detectar ni diagnosticar ninguna enfermedad real. No obstante, como el tipo de síntomas que estos niños dicen tener podrían ser causados por una enfermedad física, un examen médico generalmente debe formar parte de su evaluación.

Ansiedad relacionada con la escuela:

Lo más frecuente es que los niños que evaden la escuela no saben con exactitud por qué se sienten mal y podría resultarles difícil explicar qué es lo que les molesta o los altera. 

Cuando la ansiedad relacionada con la escuela causa evasión escolar, los síntomas podrían ser formas de comunicar luchas emocionales con problemas como, por ejemplo:

  • Miedo al fracaso

  • Problemas con otros niños (por ejemplo, ser víctima de burlas por ser "gordo" o "bajo")

  • Ansiedad de usar un baño público

  • Una "mezquindad" percibida de la maestra

  • Amenazas de daños físicos (como de un acosador escolar)

  • Daño físico real

Consejos para padres preocupados:

Como primer paso, el manejo de la evasión escolar requiere de un examen realizado por el médico que pueda descartar enfermedades físicas y ayudar a los padres a diseñar un plan de tratamiento. Una vez que se haya descartado la enfermedad física como causa de los síntomas del niño, los esfuerzos de los padres deben dirigirse no solo a entender las presiones que está soportando el niño en la escuela sino también en hacerlo volver a la escuela.

Aquí se incluyen algunas pautas para ayudar a su hijo a superar este problema:

  • Hable con su hijo sobre los motivos por los cuales no quiere ir a la escuela. Tenga en cuenta todas las posibilidades y expréselas. Sea solidario, ofrézcale apoyo y sea comprensivo respecto a por qué está molesto. Intente resolver toda situación que identifiquen entre los dos como causante de sus preocupaciones o síntomas.

  • Reconozca que entiende las preocupaciones de su hijo, pero insista en su regreso inmediato a la escuela. Cuanto más tiempo se quede su hijo en casa, más difícil será su reintegro. Explíquele que está bien de salud y que sus síntomas físicos probablemente se deban a las preocupaciones por otras cosas: tal vez por las calificaciones, la tarea, las relaciones con las maestras, la ansiedad ante la presión social o el miedo legítimo a sufrir violencia en la escuela. Dígale a su hijo que la ley obliga a que vaya a la escuela. Seguirá presionándolo para quedarse en casa, pero usted debe mantenerse firme en que el niño debe volver a la escuela.

  • Hable sobre el problema de evasión escolar de su hijo con el personal de la escuela, incluso su maestra, el director y la enfermera escolar. Comparta con ellos sus planes para el reintegro de su hijo a la escuela y reclute su apoyo y ayuda.

  • Comprométase a ser extra estricto en las mañanas de los días de escuela, cuando más se quejan los niños de sus síntomas. Mantenga al mínimo las conversaciones sobre síntomas físicos o ansiedades. Por ejemplo, no pregunte a su hijo cómo se siente. Si está lo suficientemente bien como para estar dando vueltas por la casa, está lo suficientemente bien para ir a la escuela. 

  • Si las ansiedades de su hijo fueran graves, tal vez se beneficie de un reintegro en etapas a la escuela. Por ejemplo: El primer día, tal vez se levante y se vista y lo lleve hasta la escuela para que pueda hacerse a la idea de lo que va a sentir antes de volver juntos a casa. El segundo día, su hijo podría ir a la escuela solo medio día o solo a un par de sus clases favoritas. El tercer día, el niño finalmente puede reintegrarse al día escolar completo.

  • Su pediatra puede ayudarlo a que la transición de regreso a la escuela de su hijo sea más fácil escribiendo una nota que verifique que el niño tuvo algunos síntomas que le impidieron asistir a la escuela pero que, pese a que los síntomas podrían persistir, ahora puede reintegrarse a clases. Esto podría evitar que su hijo se sienta avergonzado o humillado.

  • Pida ayuda al personal de la escuela para que asistan a su hijo mientras esté en la escuela. Una enfermera escolar o secretaria puede atender a su hijo si tuviera síntomas y fomentar su regreso a la clase.

  • Si la causa de la ansiedad de su hijo fuera un acosador escolar o una maestra poco razonable, defienda a su hijo y hable sobre estos problemas con el personal de la escuela. La maestra o el director tal vez deban hacer algunos ajustes para aliviar la presión que siente su hijo en clase o en el patio de recreo.

  • Si su hijo se queda en casa, asegúrese de que se sienta seguro y cómodo, pero no le brinde ningún tratamiento especial. Los síntomas de su hijo deben ser tratados con consideración y comprensión. Si las quejas de su hijo lo justificaran, debe quedarse en la cama. No obstante, el día de su hijo no debe ser un día de vacaciones. No habrá refrigerios especiales ni visitas, y deberá estar supervisado.

  • Tal vez su hijo necesite ver al médico cuando se quede en casa por una enfermedad física. Los motivos para quedarse en casa podrían incluir no solo molestias sino síntomas reconocibles: temperatura de más de 101 ºF (38 ºC), vómitos, diarrea, un sarpullido, tos seca, dolor de oído o dolor de muelas. 

  • Ayude a su hijo a ser independiente fomentando actividades con otros niños fuera de casa. Estas pueden incluir clubes, actividades deportivas y pijamadas con amigos.

Cuándo buscar ayuda:

Si bien puede intentar manejar la evasión escolar usted solo, si la evasión de su hijo durara más de una semana, usted y su hijo podrían necesitar ayuda profesional para manejar la situación. 

En primer lugar, su hijo deberá ser examinado por su pediatra. Si siguiera negándose a ir a la escuela, o si tuviera signos crónicos o intermitentes de dificultades por separación al ir a la escuela, combinados con síntomas físicos que interfieren con su funcionamiento, puede que el médico le recomiende una consulta con un psiquiatra o psicólogo infantil.

Incluso si su hijo niega tener experiencias negativas en la escuela o con otros niños, sus síntomas físicos inexplicables deben motivarlo a programar una evaluación médica.

Información adicional:

Última actualización
4/4/2018
Fuente
Adapted from Caring for your School-Age Child: Ages 5 to 12 (Copyright © 2004 American Academy of Pediatrics)
La información contenida en este sitio web no debe usarse como sustituto al consejo y cuidado médico de su pediatra. Puede haber muchas variaciones en el tratamiento que su pediatra podría recomendar basado en hechos y circunstancias individuales.
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