Cada año, alrededor de 50,000 niños menores de 5 años acuden a los departamentos de emergencia por intoxicación después de haber ingerido medicamentos que no debían tomar.
Los medicamentos son para mejorar y salvar vidas. Pero cuando un medicamento cae en manos equivocadas y lo usa accidentalmente un niño o un adolescente, las consecuencias pueden ser mortales. Por eso, todos los medicamentos recetados, los medicamentos de venta libre y los suplementos deben guardarse de forma segura y mantenerse fuera del alcance de los niños.
Cómo proteger a los niños y adolescentes
Incluso pequeñas cantidades de algunos medicamentos comunes pueden ser mortales para los bebés y los niños pequeños, a veces solo
uno o dos comprimidos. Esto incluye
opioides, medicamentos para el corazón y la diabetes, e incluso vitaminas o suplementos. Además, los adolescentes pueden tomar malas decisiones con los comprimidos, especialmente los recetados, a menudo con resultados trágicos.
Si su hijo está inconsciente, no respira, tiene convulsiones o tiene otros síntomas preocupantes por un posible envenenamiento por contacto o ingesta,
llame al 911 o al número de emergencia local. Si su hijo tiene síntomas leves o no presenta síntomas, llame o envíe un correo electrónico al centro de toxicología, 1-800-222-1222 o
PoisonHelp.org.
Al igual que usted protege a su hijo en su vehículo mediante el uso de asientos para el automóvil y cinturones de seguridad, debe proteger a sus hijos en casa guardando bajo llave los medicamentos y
otras sustancias tóxicas comunes en el hogar. Aquí presentamos algunos consejos sobre seguridad de los medicamentos para padres, abuelos y cualquier persona que tenga un niño o adolescente en su hogar.
Almacenamiento en un lugar seguro: fuera del alcance y de la vista
Utilice envases de medicamentos con tapas de seguridad. Recuerde que las tapas de seguridad son a prueba de niños. Esto significa que es difícil para un niño pequeño abrir la tapa. Ningún envase de medicamentos es totalmente a prueba de niños y es posible que los niños puedan abrir las tapas a prueba de niños, por lo que debe mantener los medicamentos
fuera del alcance y de la vista de los niños.
Guarde todos los medicamentos recetados y de venta libre en un lugar seguro, y los suplementos en sus envases originales en gabinetes o contenedores cerrados con llave. Los pestillos de seguridad que se bloquean cuando cierra la puerta de un gabinete pueden ayudar a mantener a los niños alejados de productos dañinos, pero no siempre funcionan.
Considere comprar una caja fuerte pequeña o una caja de seguridad para guardar todos los medicamentos y fármacos.
Vuelva a guardar los medicamentos en un lugar seguro inmediatamente después de usarlos. Nunca deje a los niños solos con medicamentos. Si tiene un medicamento abierto y debe hacer otra cosa, como contestar el teléfono, llévese el medicamento.
Recuerde a las niñeras, los abuelos y otros visitantes que mantengan las carteras, los bolsos o los abrigos que contengan medicamentos fuera del alcance de los niños.
Usar medicamentos y administrar medicamentos a su hijo
Cuando use medicamentos, hágalo en el baño o alejado de las áreas comunes de su casa, por si se le caen o se derraman. Si derrama medicamento, límpielo inmediatamente. En el caso de muchos opioides y otros analgésicos potentes, incluso una pequeña cantidad consumida o absorbida a través de la piel (líquido y parches) puede poner en peligro la vida.
Nunca se refiera al medicamento como "caramelo" u otro nombre atractivo. Esto puede confundir o tentar al niño a probar otros comprimidos cuando usted no esté mirando.
Asegúrese de administrar la dosis correcta y
medirla con exactitud. Esto incluye leer la etiqueta cada vez que administre medicamentos de venta libre como paracetamol e ibuprofeno, dos medicamentos populares para el dolor y la fiebre. Administrar por equivocación una dosis incorrecta de un medicamento es un error habitual que provoca visitas al servicio de emergencia.
Utilice una jeringa o un gotero para medir la cantidad correcta. No use cucharas de cocina normales porque no son precisas para medir medicamentos. (Consulte "Cómo usar medicamentos líquidos para niños").
Tenga en cuenta que algunos
medicamentos de venta libre son para adultos y nunca deben usarse con niños. Hable sobre opciones más seguras con su pediatra o farmacéutico.
Administre el medicamento a la hora que se le recomendó hacerlo, de la manera que se le indicó y según su receta o lo que le haya dicho su médico. Si olvidó administrar una dosis, hágalo lo antes posible y administre la siguiente dosis a la hora correcta después de la última dosis. No administre dos dosis al mismo tiempo ni dosis adicionales sin consultar a su médico. Si no está seguro acerca de cómo administrar una dosis, consulte a su médico o farmacéutico.
Obtener respuestas
Haga preguntas. Muchos padres tienen problemas para comprender las instrucciones de los medicamentos. Además, muchos medicamentos y suplementos no se recomiendan para niños. Si está confundido acerca de cómo darle un medicamento a su hijo o si debe dárselo, es mejor hacer preguntas que administrar el medicamento de la manera incorrecta.
Pídale a su médico o farmacéutico que le muestre la cantidad de medicamento que debe administrar con la herramienta de dosificación que piensa usar. O dígale a su médico o farmacéutico cuánto piensa administrar. Luego
pregunte si lo que dijo es correcto.
Pídale a su médico o farmacéutico que anote las instrucciones en una hoja de papel para llevársela a su casa.
Solicite información en el idioma que prefiera. Pídale a un intérprete que le dé instrucciones en su idioma preferido.
Consulte al médico o al farmacéutico de su hijo antes de mezclar el medicamento con
alimentos o líquido.
Evite tomar medicamentos innecesarios
Administre medicamentos que traten los síntomas (como la tos prolongada) solo si su hijo los necesita.
Los medicamentos de venta libre para la tos o el resfriado no se recomiendan para niños menores de 6 años, y nunca deben usarse en niños menores de 2 años. Estos medicamentos pueden tener efectos secundarios graves.
Los medicamentos para el resfriado suelen incluir más de un tipo de medicamento en un solo frasco (un analgésico como paracetamol junto con un medicamento para el alivio de la tos).
No administre un medicamento para la fiebre o el dolor si ya administró un medicamento para el resfrío que incluye un antifebril o un analgésico. Por lo general, es mejor evitar productos que incluyen muchos tipos de medicamentos y administrar un medicamento a la vez.
Si su hijo tiene fiebre de más de 102 °F (39 °C), puede administrarle un medicamento para bajar la fiebre. Recuerde que la fiebre es una señal de que el cuerpo está combatiendo una infección. Los medicamentos para bajar la fiebre representan fundamentalmente una cuestión de comodidad para un niño. No son necesarios si su hijo está cómodo.
Deseche los medicamentos de forma segura
Deseche de forma segura todos los medicamentos no utilizados, especialmente los medicamentos potentes como los opioides, y los fármacos para el corazón y la diabetes. Lea la etiqueta del medicamento para conocer las formas seguras de deshacerse de los medicamentos viejos o sobrantes. Los parches de medicamentos utilizados para aliviar el dolor deben quitarse, doblarse por la mitad y
desecharse por el inodoro.
Muchas farmacias, centros de control de intoxicaciones, estaciones de seguridad pública y consultorios médicos aceptan medicamentos viejos para su eliminación segura, pero primero debe llamar. Para obtener más información, visite
aquí.
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