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Edades y Etapas

Cuándo permitirle a su adolescente salir en pareja

La costumbre de salir en pareja ha cambiado desde que usted era adolescente. La diferencia más impactante es la corta edad a la que los muchachos comienzan a hacerlo: en promedio, doce y medio para las chicas, y trece y medio para los chicos.

Sin embargo, puede que no reconozca una cita como tal. La tendencia reciente entre la adolescencia temprana es que los niños y niñas socialicen como parte de un grupo. Salen en grupo al centro comercial o al cine, o se unen a un grupo a lanzar un disco volador en las playas.

No confunda las salidas en grupo con citas dobles o triples. Aunque es posible que haya una pareja romántica ocasional entre los miembros, la mayoría está soltera. En todo caso, los jóvenes en el grupo pasan tiempo interactuando tanto con sus amigos del mismo sexo como con los del sexo opuesto.

El Dr. Ron Eagar, pediatra del Denver Health Medical Center, ve las citas grupales como una forma sana para que a los adolescentes se les facilite entrar al campo de las citas, en lugar de sumergirse. "El beneficio número uno es la seguridad", indica el padre de dos niños mayores. Salir en grupos mixtos también les da a los niños y a las niñas la oportunidad de simplemente disfrutar de la compañía del otro, sin la incomodidad ni presión sexual que puede invadir las citas a solas o salidas en pareja.

Salidas en pareja a solas

¿A qué edad son los niños lo suficientemente mayores para una cita a solas? No antes de los treinta y cinco. Mejor si a los cuarenta.

Muchos de nosotros pensamos así cuando imaginamos que nuestro hijo o nuestra hija desaparecen en la noche del brazo de una joven dama o un joven caballero.

Como regla general, el Dr. Eagar aconseja no permitir una cita a solas antes de los dieciséis años de edad. "Hay una diferencia enorme entre los niños de catorce o quince y entre los de dieciséis o diecisiete en términos de experiencia de vida", indica. Puede agregar o restar un año según lo maduro y responsable que sea el joven. Las normas de la comunidad pueden ser un factor. ¿Ya otros padres les permiten a sus adolescentes tener citas?

Amor y relaciones

Debido a que las conversaciones entre padres y adolescentes deben incluir el tema de hormonas y otros aspectos biológicos del amor y la atracción, debe dedicarse la misma cantidad de tiempo a discusiones profundas acerca del amor como la emoción más poderosa y sincera del ser humano.

El amor es un tema de fascinación interminable para los adolescentes. A la cabeza de la lista de preguntas se encuentra, "¿Cómo sabes cuando estás enamorado de una persona?" Poseen una curiosidad genuina acerca del noviazgo y el matrimonio de sus padres ("¿Mami, te enamoraste de mi papá a primera vista?") y, si aplica, divorcio ("¿Papi, cómo pueden amarse dos personas por tantos años y de pronto dejar de amarse?").

Tener un currículo romántico imperfecto no lo descalifica para iniciar esta conversación. Puede decir, "No siempre tomé las decisiones más sabias en cuanto al amor, pero me he prometido que la próxima vez que me involucre con alguien especial, no me conformaré con menos que una relación sana y honesta. Cuando seas mayor y estés listo para salir en pareja, espero que tú hagas lo mismo. Ambos merecemos lo mejor, ¿no?”

Llámelo amor adolescente, pero aún es amor

Por lo general, los adultos tienen una perspectiva cínica del romance adolescente, como si fuera un desequilibrio químico que necesita corrección. "Todo se trata de sexo", dicen. "Sabes cómo es cuando inicia el alboroto de las hormonas". Un niño y una niña flotan en la calle tomados de la mano, atontados por el amor y los padres ven que la testosterona y el estrógeno tienen la cita.

Sólo vea las palabras que se utilizan para describir el afecto entre dos jóvenes: "encaprichamiento", "enamoramiento", "amor adolescente". Si se siente como amor a los dos cachorros, ¿no es esto amor? Para reiterar el punto anterior, no fue hace mucho tiempo que muchas parejas contrajeron matrimonio en su adolescencia.

"Lo padres nunca deben minimizar o ridiculizar el primer amor", dice el pediatra de Tucson, Dr. George Comerci. "Es una relación muy importante para los adolescentes y es importante por otra razón, ya que es la primera relación íntima con alguien fuera de la familia".

Cuando "salir" evoluciona en algo "formal", es natural preocuparse por el hecho de que las cosas se están volviendo muy serias muy pronto. Si ve que el trabajo escolar comienza a sufrir y las amistades se dejan a un lado, es razonable restringir el número de veces que "Romeo y Julieta" pueden encontrarse durante la semana escolar. Los romances de la escuela secundaria tienden a tener períodos de vida limitados. Aquellos que duran hasta la graduación rara vez sobreviven los años posteriores a la escuela secundaria. Si uno de los jóvenes o ambos abandonan la casa, la distancia física tiene una manera de abrir una brecha emocional entre ellos y eventualmente la relación termina.

Primer desamor: Cómo ayudar a su adolescente a superarlo

La ruptura de un romance puede ser dolorosa en cualquier fase de la vida. Aun así, cuando una relación adulta termina mal, al menos la parte herida sabe, por haber sobrellevado otras decepciones, que el sentimiento de vacío tan demasiado familiar y el velo de la depresión inevitablemente se elevarán.

Los adolescentes aún no han aprendido cuán resistente es el corazón. La primera vez que experimentan un rechazo romántico, la tristeza puede parecer no tener fondo. Los padres necesitan tratar de manera seria los sentimientos de un joven con el corazón roto.

"Las rupturas constituyen uno de los mayores factores que precipitan indicios suicidas en los jóvenes", indica el Dr. Eagar. No obstante, la gran mayoría de muchachos superará el dolor y estará bien. Las mamás y papás pueden ayudar al proceso de sanar heridas, al ser generosos con el tiempo, la paciencia y los abrazos que les brinden. Un poco de sensibilidad adicional ayuda también, pues en esta situación, saber lo que no se debe decir es tan importante como escoger las palabras correctas.

Reconozca el dolor de su adolescente pero asegúrele que volverá a ser feliz. "Entiendo cuán molesto estás y sé que sientes como que tu tristeza nunca desaparecerá. Pero así será y probablemente más rápido de los que crees".

No use esta oportunidad para revelar que en primer lugar nunca le agradó el nuevo fulanito sin importancia. Su hijo puede estar ventilando su ira con la chica que lo dejó, pero no se deje engañar. Probablemente pasará algún tiempo antes de que abandone la esperanza de que ella se dé cuenta de su error y vuelva a rogarle. Recuerde, además, que las relaciones adolescentes en declive con frecuencia surgen nuevamente.

Permita que su hijo se sienta triste. Decirle a alguien que se siente triste, "Oye, ¡anímate! ¡No es tan malo!" (o palabras como éstas) implica básicamente que no tiene derecho de sus emociones. Sin embargo, la tristeza que se prolonga por más de unas pocas semanas puede requerir consejería profesional.

Anímelo a reunirse con amigos, pero no lo atosigue. Cuando esté listo para socializar, lo hará sin ninguna instigación.

Comparta alguna historia de su propia adolescencia. "En mi primer año de universidad, me enamoré perdidamente de una chica que se llamaba Elisa. Pasábamos todo el tiempo juntos. No podía siquiera imaginar estar con otra persona y pensé que ella sentía lo mismo por mí.

"Un día, de la nada, me dijo que nuestra relación estaba volviéndose muy seria y que quería salir con otras personas. ¡Estaba devastado! Anduve por los suelos durante semanas. Solía espiarla en el campus de la universidad; unas noches me quedaba fuera de su dormitorio estudiantil sólo para ver si llegaba con alguien. ¡Mis amigos no soportaban estar conmigo y no los culpo! Anduve malhumorado y gemía por Elisa, Elisa, Elisa.

"Ahora agradezco que haya roto la relación conmigo. Porque si no lo hubiera hecho, ¡nunca hubiera conocido a tu mamá!"

Última actualización
5/19/2016
Fuente
Caring for Your Teenager (Copyright © 2003 American Academy of Pediatrics)
La información contenida en este sitio web no debe usarse como sustituto al consejo y cuidado médico de su pediatra. Puede haber muchas variaciones en el tratamiento que su pediatra podría recomendar basado en hechos y circunstancias individuales.
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