Cuando los padres aceptan la orden de no reanimación, están tomando una decisión definitiva que tiene un impacto en los cuidados paliativos de su niño. Están reconociendo que puede ocurrir un paro cardiorrespiratorio como consecuencia directa de la enfermedad de su niño, pero lo que desean es que muera con dignidad.
En un informe clínico publicado en el número de mayo del 2018 en Pediatrics, la American Academy of Pediatrics recomienda que los hospitales aborden formalmente cuáles órdenes de no reanimación se aplican en la sala de operaciones. El informe clínico titulado, "Interpretación de las órdenes de no reanimación para los niños que requieren anestesia y cirugía" (en inglés), actualiza las recomendaciones publicadas en el 2004. Se puede requerir la cirugía y la anestesia, por ejemplo para proveer un mecanismo de apoyo que le permita el niño salir del hospital, pero cada procedimiento nuevo añade riesgos adicionales a un paciente que deben ser abordadas por el equipo médico con los padres.
El informe clínico hace un llamado a los hospitales para que requieran evaluar por segunda vez las órdenes de reanimación antes de la cirugía para ayudar a las familias a decidir si deben cumplirse en la sala de operaciones.
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