La obesidad en los niños hispanos en Estados Unidos afecta a 1 de 4 niños comparado con solo 1 de cada 7 niños blancos. Entre los adolescentes hispanos, casi 1 de cada 5 de ellos padece de sobrepeso.
Causas de la obesidad:
Alimentarse con comidas bajas en nutrientes y altas en calorías, como la comida rápida, chucherías y
golosinas.
No participar en deportes ni ejercicio y ser sedentario (pasar horas sentados viendo televisión o jugando video juegos).
Algunos medicamentos, malos hábitos para dormir y la genética.
Consecuencias de la obesidad:
Presión alta
Colesterol alto
Enfermedad del corazón y las arterias
Problemas de la respiración, asma y apnea obstructiva del sueño
Problemas con las coyunturas, dolor y degeneración
Enfermedades del sistema gastrointestinal, reflujo, hígado graso y piedras en la vesícula
Problemas psicológicos, ansiedad y depresión
Los niños que padecen de obesidad tienen mayor riesgo de ser obesos de adultos. La obesidad en adultos puede ocasionar problemas graves como
diabetes y cáncer.
Se recomiendan varias estrategias para los niños con obesidad o sobrepeso:
Mejorar la alimentación
Elimine las bebidas azucaradas (sodas, jugos, bebidas deportivas, té dulce). Los niños deben tomar agua la mayoría del tiempo, y a partir de los 12 y 24 meses de edad leche entera, y después leche sin grasa o baja en grasa y sin sabores adicionales. Evite jugos hechos de 100 % con fruta antes de los 12 meses; siempre es mejor la fruta natural que los jugos.
Ofrezca a los niños
comidas nutritivas y bajas en grasa como verduras, frutas, granos y legumbres, productos lácteos bajos en grasa, carnes y pescados bajos en grasa, cocinados a la plancha en aceites vegetales y no fritos o empanados. Mucho dulce no es bueno, aunque sabemos que a los abuelos les gusta consentir a los niños y traerles golosinas; evite también los postres, quesos y salsas a base de aceite. Sirva platos variados con muchos colores, como los del arco iris, que incluyan una variedad de frutas y verduras. Los tamaños de las porciones deben ser moderados. Llene la mitad del plato con verduras y la otra mitad entre proteínas (pollo, pescado o carne) y carbohidratos (arroz, papas o pasta). Algunos panes y tortillas contienen mucho almidón que pueden ser sustituidos por panes y tortillas de harinas integrales que contienen más fibra. Consúmalos con moderación.
Establezca buenos hábitos alimentarios y no se salte las comidas, especialmente el desayuno. Trate de no comprar chucherías/golosinas y ponga mejor frutas y verduras en un lugar más accesible. Limite las comidas rápidas porque contienen más calorías y grasas y si no puede hacerlo, elija ensaladas y platos que contengan frutas y verduras. La comida cacera suele ser más saludable que la de los restaurantes.
La
leche materna también protege contra la obesidad. Se recomienda que los bebés tomen exclusivamente leche materna los primeros 6 meses y luego puede alimentarlos con leche materna y alimentos sólidos, dándoles leche materna como mínimo hasta los 12 meses.
Incrementar la actividad física
Los niños menores de 2 años no deben ver televisión ni juegos de video en aparatos electrónicos, y trate de que los niños mayores de 2 años no pasen más de 2 horas al día
frente a una pantalla. Los niños se benefician de jugar por lo menos 60 minutos al día, ya sea en un equipo deportivo o algo más informal como en sus casas con su familia o con sus amiguitos, si no hay parques disponibles en su comunidad o no se sienten seguros. Durante la pandemia, no podrá visitar algunos lugares por el distanciamiento social, pero puede hacer ejercicio en su casa que no requiera de mucho espacio, como por ejemplo bailar, practicar yoga o hacer rutinas de ejercicio. Hay muchas aplicaciones para aparatos electrónicos que pueden ayudar. Toda la familia debe participar en un
estilo de vida más activo saliendo a caminar o a montar bicicleta. Cuando salgan, traten de mantenerse a 2 metros de otros y usar mascarillas o tapabocas.
Mejorar los hábitos del sueño
Los niños que no duermen lo suficiente son más propensos a la obesidad. Los adolescentes necesitan de 8-10 horas de sueño; los niños de 6-12 años, 9-12 horas y de 3-5 años, 10-13 horas incluyendo siestas. Establezca
una rutina para dormir temprano y más o menos a la misma hora todos los días. Saque los aparatos electrónicos de las habitaciones a la hora de dormir.
Recuerde
Fomentar buenos hábitos alimentarios y de estilo de vida le ayudará a su familia a mantener un peso adecuado. Puede acudir a su pediatra para que le ayude con el manejo de la obesidad y para pedir un referido con un nutricionista profesional. Llevar a sus hijos a sus chequeos anuales es la mejor manera de monitorear su crecimiento.
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