¡La tos y los refriados —guácala!; les hacen difícil la vida a los niños (y a sus padres). Los síntomas son incómodos, duraderos y pueden dificultar el sueño. Los padres quieren encontrar una forma rápida para que su niño o niña vuelva a tener su energía normal y a sentirse bien. Yo entiendo cómo se siente y me gustaría poder tener una solución rápida, pero la verdad es que no existe una cura o remedio mágico para el resfriado común.
Los medicamentos de venta libre pueden ser más dañinos que útiles
Los medicamentos sin receta no se les recomiendan a los niños menores de 4 años y para los niños entre 4 y 6 años de edad sólo si se los recomienda su pediatra. Después de los 6 años, se pueden seguir las indicaciones del empaque (pero sea muy cuidadoso con la dosificación). Además, ya que la mayoría de los resfriados son ocasionados por un virus, las recetas médicas de antibióticos no ayudarán.
Yo recomiendo remedios caseros en lugar de medicamentos como primera línea de tratamiento para niños de cualquier edad que sufran un resfriado común. ¿Por qué? Porque los medicamentos no funcionan bien, y existe la posibilidad de efectos secundarios. ¡En conclusión —no valen la pena!
Qué puede hacer usted en el hogar
La sopa caliente y el té pueden aliviar los síntomas y levantar el ánimo.
Si su niño tiene la nariz congestionada o moquea, la mucosidad que pasa por su garganta puede ser en parte la causa de la tos. Un aerosol nasal y sonarse la nariz con frecuencia (en lugar de sorber) puede ser útil —frotar un poco de vaselina en el área de la nariz de vez en cuando puede también evitar que se enrojezca e irrite. Un vaporizador o nebulizador puede ayudar a que circule la mucosidad. Limpie el nebulizador bien cada vez que lo usa.
Otro remedio bueno para la tos para los niños mayores de un año es una cucharadita (más o menos) de miel, para que cubra y alivie la garganta —mi madre la mezclaba siempre con un poquito de jugo de limón o a un té de hierbas solo. ¿Parece como cuentos de abuela? ¡No, ha sido estudiado! ¡Los niños enfermos a los que les dieron una cucharadita de miel antes de ir a la cama, durmieron bien y tosieron menos!
Para niños mayores de 2 años de edad, se les puede aplicar un ungüento mentolado en el pecho y la parte delantera del cuello (área de la garganta) para ayudar a reducir la tos y para que los niños puedan dormir mejor. Los ungüentos mentolados funcionan de forma diferente a los medicamentos que los niños se toman por la boca. El calor del cuerpo ayuda a que el medicamento se evapore en el aire con el tiempo. El niño respira el medicamento por la nariz y la boca y ayuda a aliviar la tos. Como es el caso de cualquier medicamento, tan pronto como termine de aplicar el medicamento al niño, tápelo y póngalo fuera del alcance de pequeños niños curiosos.
Por su puesto, mucho descanso y líquidos también se recomiendan. Para los niños de 3 meses a un año de edad, puede probar darles de 5 a 15 mL de agua tibia o jugo de manzana 4 veces al día.
Toma tiempo
La mejor receta para un resfriado es la paciencia. Los primeros días son los peores, pero los síntomas del resfriado en los niños pueden durar hasta dos semanas, y la tos hasta 4 semanas. Los niños pequeños se resfrían en promedio de 6 a 8 veces al año; esto significa mucha tos y congestión.
¡Yo sé que usted haría cualquier cosa para que su niño se sienta mejor, pero evite la tentación de tratarlos en exceso!
Recuerde, ¡no hay necesidad de tratar una fiebre baja —esta es la manera como el cuerpo lucha contra la infección! Sin embargo, si la fiebre interrumpe el sueño o incomoda al niño puede ser tratada con acetaminofén (Tylenol) o ibuprofeno (Motrin o Advil) siguiendo con cuidado las indicaciones para la dosificación.
Cuándo debe preocuparse
Si su niño tiene dificultad para respirar o tragar o si la tos es tan severa que le produce vómito, llame a su médico para que le hagan un examen. Además, si su niño tiene asma, no ignore la tos durante la noche —podría significar que el asma se está empeorando. Los síntomas que duran más del tiempo mencionado anteriormente o que no empiezan a mejorarse después de una semana pueden ser reevaluados. Las fiebres altas (102 °F [38,8 °C] o más) pueden indicar una afección más grave. Los bebés enfermos (de 3 meses o más pequeños) con síntomas de un resfriado o con fiebre de más de 100,4 °F (38 °C) deben ser examinados por el médico.
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