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Edades y Etapas

Regresión

“Nuestra hija progresó significativamente con el entrenamiento para aprender a usar el baño las dos primeras semanas. Pero cuando empezó en el nuevo centro de cuidados para niños, fue como si olvidara todo lo que había aprendido. Nunca les avisó a los adultos a cargo cuando necesitaba ir al baño. Tuvo uno o dos accidentes al día en el centro y hasta en casa los fines de semana. Cuando tratamos de hablarle acerca del asunto, solo nos mira como que no tuviera idea de lo que le estamos hablando o se va corriendo a jugar".

Como adultos, estamos acostumbrados a adquirir nuevas destrezas de manera constante y conservamos lo que ya aprendimos. Sin embargo, los niños pequeños cuyo aprendizaje con frecuencia depende de su desarrollo en otras áreas, con frecuencia progresan en una serie de arranques repentinos intercalados con períodos de poca mejora aparente. En ocasiones, un niño puede retroceder hasta en su aprendizaje, es decir, perder destrezas que adquirió recientemente o hasta retroceder unos pasos en su proceso de aprendizaje. La regresión durante el entrenamiento para aprender a usar el baño, el rechazo repentino de un niño para utilizar el inodoro para entrenamiento, constante "micción" u otros accidentes o el deseo de volver a usar pañales, puede ser frustrante y desalentador para los padres que creen que casi han completado el proceso. Su primera respuesta a dicho comportamiento en su hijo es que lo examine su pediatra para asegurarse de que la causa no sea física. Algunas veces, la regresión indica una infección u otro desorden que requiere tratamiento médico. Sin embargo, si se han descartado los problemas médicos, es probable que su hijo simplemente responda de la única manera que conoce para un cambio reciente en su ambiente o alguna otra fuente de estrés en su vida.

Las causas más comunes en la regresión en los niños pequeños incluyen:

  • Cambio en la rutina de cuidados del niño; por ejemplo, una nueva niñera o empezar un programa de educación preescolar o cuidados infantiles
  • El embarazo de la madre o el nacimiento de un nuevo hermano
  • Una enfermedad significativa en el niño o un miembro de la familia
  • Una muerte reciente
  • Conflictos matrimoniales o divorcio de los padres
  • Una mudanza reciente o futura hacia una nueva casa

Dichos eventos, aunque sean felices, pueden representar un verdadero desafío para los niños pequeños que todavía luchan con dominar sus propias rutinas personales. Al igual que usted puede decidir dejar su dieta o rutina de ejercicios durante un período difícil en el trabajo, su hijo puede necesitar tomarse algún tiempo lejos del entrenamiento para aprender a usar el baño para ajustarse a su nueva situación en el hogar.

Lejos de indicar un problema emocional, la regresión puede realmente ser una forma saludable para que un niño cubra sus necesidades emocionales en un momento en el que la vida se siente abrumadora. Por ahora, cuando responda a un comportamiento regresivo durante el proceso de entrenamiento, enfóquese en tomar los siguientes pasos para ayudar a que su hijo vuelva a la rutina.

  • Identifique el problema.Así de expresivo como puede ser su hijo pequeño o en edad preescolar, es casi imposible que la mayoría de niños de esta edad expresen las emociones intensas que algunas veces experimentan, con frecuencia por primera vez. Hágale saber a su hijo que ha notado su cambio en el comportamiento; que ha dejado de usar su inodoro para entrenamiento, que ha tenido varios accidentes en el centro de cuidados infantiles o ha hablado sobre usar pañales nuevamente. Pregúntele por qué sucede eso, debido a que ahora su inodoro para entrenamiento está en un baño nuevo en su nueva casa, porque el baño en el centro de cuidados infantiles lo asusta o porque su nuevo hermanito usa un pañal y ha recibido muchísima atención últimamente. Escuche su respuesta y ayúdelo a comunicar los eventos reales que lo molestan al igual que sus sentimientos acerca de ellos.
  • Solidarícese.Dígale a su hijo que usted sabe cuán difícil ha sido para él continuar con la rutina con todo lo que está sucediendo. Dígale que muchos niños en su situación tienen esta experiencia. Si es apropiado según el tema y su nivel de comprensión, hasta puede ser que desee contarle sobre alguna ocasión en la que usted mismo retrocedió de alguna manera, digamos, pasó todo el día acostado cuando su madre estaba en el hospital. Deje claro que es normal sentirse asustado o desorientado en esta situación, pero que estos sentimientos desaparecerán pronto.
  • Haga lo que pueda para resolver el problema.Si existen pasos prácticos que pueda tomar para facilitar la tensión de su hijo, hágalo, lo más pronto posible. Haga los arreglos para un tiempo especial a solas con su hijo (sin su hermanito), acompáñelo al centro de cuidados infantiles para hablar con los encargados del cuidado sobre cómo pueden ayudar a su hijo a mantener sus hábitos para ir al baño o rodee el baño para entrenamiento en la nueva casa con objetos con los que esté familiarizado de la casa antigua. También pida a su hijo que contribuya con ideas, sobre cómo mejorar su situación. Al ayudarle con su "propio" problema y a solucionarlo de esta manera, lo comprometerá con un rol más activo y corregirlo.
  • Deje en claro sus expectativas.Explique a su hijo calmada pero claramente que espera que continúe esforzándose con su entrenamiento para aprender a usar el baño lo más que pueda, incluso ahora mismo. Dígale que usted está completamente seguro de que superará este obstáculo. Apóyela con refuerzos positivos, incluyendo abrazos y halagos, calcomanías en una gráfica y una conversación ocasional para animarlo a medida que lucha con volver a la rutina, pero deje que la lucha sea de ella y no suya. Si los accidentes continúan, pregúntele si se sentirá más cómoda usando pantaloncitos de entrenamiento durante un tiempo, pero no lo obligue a usarlos si su hijo considera que son muy infantiles. Si la regresión de su hijo se prolonga por un mes o más, puede necesitar preguntarse a sí misma si, para comenzar, su hijo está listo para recibir entrenamiento todos los días. No está mal que sugiera que deje a un lado el inodoro para entrenamiento durante un tiempo si está claro que esto sería un gran alivio para su hijo. Pero esta es una excepción a la  regla general de que avanzar, aunque sea gradualmente, usualmente es lo mejor. Tan desalentador como pueda ser la regresión para algunos padres, usualmente no dura mucho. En muchos casos, el niño empieza en donde se quedó en cuanto al entrenamiento para aprender a usar el baño después de algunos días o semanas.
Última actualización
11/21/2015
Fuente
Guide to Toilet Training (Copyright © 2003 American Academy of Pediatrics)
La información contenida en este sitio web no debe usarse como sustituto al consejo y cuidado médico de su pediatra. Puede haber muchas variaciones en el tratamiento que su pediatra podría recomendar basado en hechos y circunstancias individuales.
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