Por Yarlini Vipulanandan, MD
El botulismo es una enfermedad rara causada por toxinas (veneno) producidas por ciertas bacterias. La toxina botulínica ataca los nervios del cuerpo, lo que puede provocar debilidad muscular, parálisis y dificultad para respirar. Sin tratamiento inmediato, el botulismo puede ser mortal.
Tipos de botulismo
Los niños y los adultos pueden contraer botulismo al ingerir o exponerse a la toxina producida por Clostridium botulinum (C. botulinum) y bacterias relacionadas. Los diferentes tipos de botulismo incluyen:
Botulismo transmitido por los alimentos
El botulismo transmitido por los alimentos puede ocurrir cuando los alimentos no se almacenan correctamente y se contaminan con esporas de la bacteria. El almacenamiento inadecuado permite que la bacteria crezca y produzca la toxina que enferma a las personas.
Se han producido brotes de este tipo de botulismo al consumir no solo alimentos caseros que se enlataron, conservaron o fermentaron incorrectamente, sino también alimentos preparados en restaurantes, como salsa de queso, patatas asadas envueltas en papel de aluminio y ajo embotellado.
Botulismo por heridas
El botulismo por heridas puede ocurrir cuando las esporas de la bacteria entran en una herida o tejido lesionado. La bacteria crece y produce toxinas que ingresan al torrente sanguíneo y causan la enfermedad.
Botulismo infantil
El botulismo también puede ocurrir cuando C. botulinum produce toxina en los intestinos. Esto se conoce como botulismo infantil.
El botulismo infantil ocurre principalmente en bebés menores de 6 meses. Esto sucede cuando las esporas de la bacteria C. botulinum son ingeridas o inhaladas por un bebé. Los gérmenes crecen en los intestinos y producen toxina. Generalmente se desconoce la fuente de las esporas. Las esporas pueden estar en la tierra o el polvo y luego flotar en el aire.
La miel es otra fuente de esporas de botulismo y debe evitarse en bebés menores de 12 meses. La American Academy of Pediatrics (AAP) recomienda no dar miel a bebés menores de 12 meses. La miel es segura para niños de 1 año o mayores. Las madres que amamantan pueden consumir miel.
Síntomas del botulismo transmitido por los alimentos
El botulismo causado por alimentos contaminados puede empeorar muy rápidamente. Los síntomas suelen comenzar con sensación de debilidad y pérdida del tono muscular, que se inicia en los músculos de la cara y se extiende hacia abajo por todo el cuerpo.
Los síntomas en niños incluyen:
La toxina puede causar parálisis de los músculos del tronco, los brazos, las piernas y el sistema respiratorio. En estas infecciones transmitidas por los alimentos, los síntomas comienzan poco después de ingerir el alimento contaminado, generalmente entre 12 y 48 horas después, aunque ocasionalmente pueden tardar hasta 10 días.
Prevención del botulismo transmitido por los alimentos
La preparación de alimentos y el envasado casero se pueden hacer más seguros contra el botulismo siguiendo pautas como:
Utilice los procesos recomendados para el envasado casero de alimentos (es decir, use una olla a presión, especialmente para alimentos con bajo contenido de ácido, como verduras o carne).
Hierva los alimentos enlatados caseros con bajo contenido de ácido durante 10 minutos para destruir las toxinas. Puede ser necesario un tiempo adicional a mayor altitud.
Refrigere todos los alimentos sobrantes y cocinados dentro de las dos horas posteriores a la cocción.
No coma ni le dé a su hijo alimentos que parezcan estar en mal estado.
Deseche cualquier recipiente de alimentos que esté abultado. Pueden contener gas producido por C. botulinum.
Síntomas del botulismo infantil
Los signos del botulismo infantil pueden variar de leves a graves, y a menudo comienzan con:
Estreñimiento
Dificultad para alimentarse (incapacidad para succionar y tragar, acumulación de leche o fórmula en la boca)
Control deficiente de la cabeza
Párpados caídos
Llanto débil o con un sonido diferente
Menor movimiento facial
Debilidad general o flacidez
El tiempo típico para que aparezcan los síntomas del botulismo infantil después de la exposición a las esporas puede variar de 3 a 30 días.
¿Cómo se diagnostica el botulismo?
Los síntomas del niño ayudarán al médico a diagnosticar el botulismo. El diagnóstico de botulismo transmitido por los alimentos se puede confirmar mediante la detección de la toxina en las heces, el contenido estomacal, la sangre o los alimentos que ingirió el niño. Para diagnosticar el botulismo por heridas, se pueden examinar muestras de tejido en el laboratorio. El botulismo infantil se diagnostica mediante un análisis de las heces del bebé.
¿Cómo se trata el botulismo?
El botulismo se considera una emergencia médica y requiere tratamiento inmediato.
Medicamento antitoxina
El botulismo se trata con un medicamento antitoxina que se administra a través de una pequeña sonda insertada en una vena. La antitoxina bloquea la actividad de la toxina en el torrente sanguíneo. Funciona mejor cuando se administra al inicio de la enfermedad. Por eso, la antitoxina se administra cuando se sospecha el diagnóstico de botulismo. No es necesario esperar los resultados de las pruebas de laboratorio para comenzar el tratamiento.
Los antibióticos no son útiles para tratar la mayoría de los casos de botulismo. Generalmente solo se administran cuando hay otra infección presente.
Cuidados de apoyo
Los cuidados de apoyo son una parte importante del tratamiento para los niños con botulismo. Dado que la toxina del botulismo afecta los músculos involucrados en la respiración y la alimentación, casi todos los niños deberán ser hospitalizados para que puedan recibir la atención necesaria. Si la enfermedad es grave, es posible que su hijo necesite ayuda para respirar con un ventilador mecánico. También podría necesitar sondas de alimentación o nutrición intravenosa hasta que pueda comer por sí solo.
Recuperación del botulismo
Con tratamiento, la mayoría de los niños se recuperan completamente del botulismo. Sin embargo, la recuperación puede tardar varias semanas o incluso meses. Si no se trata, el botulismo puede empeorar y provocar insuficiencia respiratoria (los músculos respiratorios se paralizan). Esto puede ser mortal sin asistencia respiratoria.
Más información
Acerca de la Dra. Vipulanandan
 Yarlini Vipulanandan, MD, es becaria combinada de Enfermedades Infecciosas Pediátricas y Medicina Hospitalaria Pediátrica en la Universidad de Alabama en Birmingham (UAB) y está investigando tanto infecciones congénitas como osteoarticulares. Completó su residencia pediátrica en el Centro Médico de la Universidad de Texas Southwestern en Dallas. La Dra. Vipulanandan es miembro del programa de posresidencia de la American Academy of Pediatrics.
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Nota del editor: Kristina Bryant, MD, FAAP, y Jennifer Read, MD, MS, MPH, DTM&H, FAAP, también contribuyeron con este artículo.
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