El trastorno del espectro autista (TEA) afecta a 1 de cada 44 niños aproximadamente. La American Academy of Pediatrics (AAP) recomienda que a todos los niños se les haga una prueba para detectar el TEA entre los 18 y los 24 meses de edad durante sus visitas de control del niño sano (chequeo médico). Los estudios de investigación demuestran que comenzar un programa de intervención lo más pronto posible puede traer muy buenos resultados para muchos niños con autismo.